Lo revela el nuevo libro del periodista Bob Woodward, ‘Rage’, y no duda en reconocerlo ahora el siempre controvertido y polifacético presidente estadounidense, Donald Trump: minimizó intencionadamente la gravedad de la covid-19 para “no crear pánico”.
Lo hizo, –asegura ahora en medio del revuelo que trae consigo la publicación del citado libro–, porque quería evitar la “histeria”, a sabiendas de que con ello estaba ocultando información sobre un virus, el SARS-CoV-2, que solo en su país se ha cobrado ya la vida de más de 190.000 personas dejando más de 6,3 millones de contagios, una cifra que sitúa a Estados Unidos en la cima de los países más afectados en el mundo.
Para Trump, lo importante era “reducir el pánico”, pero su intento de teñir la situación de una falsa omnipotencia, a la luz de la dramática realidad, no ha dado resultados frente a un virus que ha demostrado tener un enorme potencial de contagio en todo el mundo.
El presidente de Estados Unidos conocía desde febrero que la covid-19 era una enfermedad especialmente “mortal”, pero minimizó su gravedad. Esa es la revelación que refleja el libro de Woodward y que ha sido divulgada también por The Washington Post, algo ante lo que Trump se ha visto obligado a reaccionar: “Soy un animador de este país. Amo a nuestro país. No quiero que la gente esté asustada. No quiero crear pánico. No quiero llevar a este país a la histeria", ha asegurado ante los periodistas en la Casa Blanca.
Cuestionado sobre si engañó deliberadamente a los estadounidenses al respecto del peligro que suponía la pandemia, vacilante, su respuesta reitera: “Con el objetivo de reducir el pánico, quizás fue así”.
"No queremos dar saltos y empezar a gritar que tenemos un problema tremendo, asustar a todo el mundo (...). No queríamos provocar que los precios subieran a un nivel prohibitivo, así que en ese sentido estoy de acuerdo (en que minimicé las cosas)", ha dicho.
Trump, no obstante, asegura que entonces no pensó que la pandemia iba a alcanzar la magnitud que ha adquirido. Por eso justifica que, pese a saber de la gravedad del coronavirus en febrero, no movilizase las herramientas más poderosas del Gobierno Federal hasta marzo.
“No pensábamos realmente que esto iba a llegar al punto al que llegó. De golpe todo el mundo estaba infectado", ha dicho, defendiendo, eso sí, que su Gobierno ha hecho "un trabajo increíble, se mire como se mire", contra el SARS-CoV-2.
En el libro de Woodward, que en castellano se traduciría como ‘Ira’ y que saldrá a la venta el 15 de septiembre, se revela que Trump contó al veterano periodista el pasado 7 de febrero que la covid-19 era "más mortal que incluso la gripe más ardua", mientras el presidente públicamente ofrecía otra cara diciendo que el nuevo coronavirus era como una simple gripe estacional.
Y aún después, el 19 de marzo, el mandatario reconoció al autor de ‘Rage’: "Siempre he querido restarle importancia, todavía me gusta restarle importancia, porque no creo en crear pánico".
Estas palabras, y estas revelaciones, como no podía ser de otro modo, han servido de arma arrojadiza para un panorama político que ya vislumbra las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en un horizonte muy cercano.
Mientras Trump quiere que la vacuna esté lista antes del ‘día D’, esperando que sea una gran baza, desde la oposición critican hoy sus palabras y su rival, el candidato demócrata Joe Biden, le ha acusado ya de “mentir al pueblo estadounidense” en un tema crucial y vital como la pandemia.
"(Trump) lo sabía y le restó importancia a propósito", ha denunciado.