El presidente de EEUU, Donald Trump, ha utilizado la red social Twitter para responder a los últimos rumores sobre su estado de salud el mismo día en el que cumple 74 años. Las especulaciones llegaron tras la participación del mandatario en la ceremonia de graduación de la academia militar de West Point, donde se pudo observar su dificultad al levantar un vaso de agua.
Ante los 1 100 cadetes de la academia militar, el presidente, como es tradición, pronunció un discurso frente al atril. En este momento, Trump llevó un pequeño vaso de agua hacia su boca con la mano derecha, pero tuvo que utilizar su mano izquierda para poder estabilizarlo, según publica el diario 'Washington Post'. Esto se sumó a la dificultad de bajar la rampa de acceso, a lo que Trump ha respondido con ironía.
"La rampa de acceso era muy larga y estrecha, no tenía barandilla y estaba resbaladiza”, dijo justificando su prudencia a la hora de caminar sobre ella para no caerse. Además, añadió que los últimos tres metros los descendió “corriendo”.
Trump, que celebra su cumpleaños número 74 el domingo, siempre ha tratado de crear una imagen de sí mismo como si tuviese una resistencia sobrenatural. Ya trató de hacer una comparativa contra su oponente demócrata de 2016, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, y ahora, de nuevo, con el ex vicepresidente Joe Biden, de quien el mandatario se burla constantemente calificándole de ‘Sleepy Biden’.
Trata de dar a entender que Biden, de 77 años, carece de la agudeza física o mental para ser presidente. Por ello, los críticos de Trump aprovecharon la caminata en la rampa del sábado para lanzar especulaciones sobre su estado de salud.
El presidente estadounidense, Donald Trump, prometió en el discurso “extinguir la plaga” del coronavirus entre todo un baño de masas en un momento en el que el país comienza a reabrir, pero se teme una segunda oleada de contagios en algunos estados.
Algo más de 1100 cadetes que llevaban desde marzo sometidos a un confinamiento domiciliario regresaron a sus barracones hace dos semanas para poder celebrar este evento, modificado para mantener la distancia de seguridad y con medidas de control de la epidemia reforzadas.
Pese al celo inicial, los cadetes abandonaron las mascarillas al cierre de la ceremonia y repartieron generosos abrazos nada más lanzar sus sombreros al aire, una tradición que se acompañó con el sobrevuelo de helicópteros militares. Y, Trump se acercó incluso a saludar a algunos de ellos.
Aunque todos los cadetes recibieron pruebas de diagnóstico al volver al campus hace dos semanas y los 15 que dieron positivo ya se han recuperado, la imagen de los militares abrazándose y celebrando sin mascarilla chocó con la petición de prudencia de las autoridades de salud.
Además, supuso todo un contraste con las graduaciones virtuales que han debido celebrar este mes cientos de instituciones educativas, cuyos estudiantes se han tenido que conformar con festejar desde su casa.