El fabricante de test para detectar el coronavirus, Puritan Medical Products, con sede en la localidad de Guillford, Maine, Estados Unidos, ha destruido parte de su producción después de que el presidente de los EEUU, Donald Trump, visitara las instalaciones de la compañía sin usar mascarilla.
El mandatario estadounidense no portó el material de protección necesario ni habló con empleados. Trump, incluso llegó a coger un hisopo y simuló que realizaba una prueba con él. Los trabajadores, mientras tanto, llevaban batas de laboratorio, redecillas de pelo y calzas, entre otros elementos de prevención.
La institución no ha concretado el número de test que se verán afectados a causa de la decisión, aunque sí ha asegurado que solo serán los fabricados durante la visita de Trump. La producción había sido ya "limitada", según el fabricante. Algunos estados se han pronunciado en contra del episodio, debido a la escasez de test en el país.