Diomid, el niño ucraniano que huyó del infierno de Kiev y ahora se cura de un cáncer en Madrid

El Hospital Gregorio Marañón de Madrid atiende a cinco niños llegados desde Ucrania en su Unidad de Oncohematología Pediátrica. Cuatro de ellos reciben atención ambulatoria, pero Diomid, de tres años, ha tenido que quedarse ingresado por padecer una enfermedad más complicada que los otros pequeños. Pero ahora ríe y baila. Ha estado varios días oculto en el sótano de un hospital de Kiev. Afortunadamente, pudo escapar del infierno de la guerra con su madre.

Diomid suelta una sonrisa cuando le preguntan si le gusta su nuevo hogar. Más bien, le encanta. "Le gusta mucho bailar", cuenta su madre, Katarina. Solo hay que verle, tranquilo y divirtiéndose. Nada que ver con lo que ha vivido los últimos días en la capital de Ucrania -"Alarmas, bajar a refugios constantemente..."-.

Diomid pasó seis días en el sótano del hospital de Kiev donde recibía tratamiento

Katarina cuenta que ellos vivían en Zaporiyia, pero que Diomid tenía que recibir el tratamiento en un hospital de Kiev. Desde la primera bomba se refugiaron en el sótano del hospital. A los seis días la situación era peor. Sin medicamentos ni analíticas, la salud del pequeño empeoraba. Estaban en la ciudad más importante para los planes del Kremlin en su invasion.

"Como no podemos continuar con el tratamiento, tienen que irse", cuenta la madre de Diomid sobre las palabras de los médicos que atendían al pequeño. Gracias a la colaboración de las autoridades, el pequeño pudo ser evacuado. Autobús, avión y posterior llegada al Gregorio Marañón de Madrid.

Cristina Beléndez, doctora que atiende a Diomid: "Muchos especialistas le tenían que valorar en poco tiempo"

"Los doctores van a probar a bajar la dosis muy despacio", explicaba a Katarina la doctora que atiende a su hijo, en un vídeo difundido por el propio centro hospitalario. "-Diomid- tiene una inmunodeficiencia combinada severa. Muchos especialistas le tenían que valorar en poco tiempo", explica Cristina Beléndez, oncóloga pediátrica del hospital madrileño.

Si hay que enfadarse, Diomid se enfada, pero lo que más le gusta es jugar al escondite. Tras vivir la guerra de cerca junto a su madre en Kiev, ahora intenta recuperar su vida anterior y sus sonrisas. Estará seguro y muy bien atendido.