Cientos de taxistas madrileños han recibido "muy orgullosos" a sus compañeros que integraron la caravana de taxis que llevaron a Varsovia más de 25 toneladas de provisiones de ayuda a la población ucraniana y que, tras un recorrido total de 6.370 kilómetros, han llegado esta noche a Madrid con 135 refugiados entre bebés, niños y mayores.
La caravana, que partió de Varsovia el pasado lunes, fue recibida por cientos de taxistas que aparcaron sus vehículos en los carriles de bus-taxi situados entre la Maternidad de la calle O'Donell hasta Cibeles, y sus ocupantes fueron recibidos en la Iglesia San Antón, en el número 63 de la calle Hortaleza, por el padre Ángel de Mensajeros de la Paz.
Los 135 refugiados han sido acogidos en dependencias de la asociación de Mensajeros de la Paz y en otras habilitadas en el edificio aledaño del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, donde ya esperan familias de la capital y de otros puntos de España que se harán cargo de ellos.
En declaraciones a Efe, Noe, taxista de profesión que aguardaba la llegada de los integrantes de la caravana de taxis madrileños que hoy han regresado tras más de cinco días de viaje, manifestó que todos los taxistas, que han esperado "con muchos nervios y ganas de verlos", se sienten "muy orgullosos" de sus compañeros que en estos días, aunque han sentido "miedo, cansancio y frío", sobre todo han experimentado mucha satisfacción por poder ayudar a los refugiados ucranianos.
"Objetivo cumplido, 135 personas a salvo", dijo a Efe un emocionado José Miguel Fúnez, uno de los precursores de la acción humanitaria, cuando entraba con la caravana por la calle O'Donell y vio el "increíble" recibimiento.
Entre el sonido de las bocinas de los más de 200 taxis apostados en las calles por donde discurría la caravana, aplausos y gritos de "sois unos valientes", "bienvenidos", "enhorabuena", "campeones", José Miguel no daba crédito al recibimiento y se volvía a los ocupantes de su vehículo para decirles: "¿Habéis visto cómo os recibe Madrid?".
Tras recorrer en total 6.370 kilómetros -hoy 1.400- para José Miguel y todos los miembros de la caravana "ha sido la mejor carrera de nuestra vida" y este recibimiento de los compañeros, añadió, "es increíble e impresionante. Centenares de taxis aguantando hasta la una de la madrugada. Esto es increíble. Gracias".
El traslado de estas personas era el objetivo principal pero no el único de esta misión humanitaria, que ya hablan de repetir con la experiencia acumulada. Así, los 68 taxistas de Madrid descargaron en el punto de encuentro, un centro comercial a 25 kilómetros de Varsovia, las 25 toneladas de material con las que habían llenado hasta los topes sus vehículos, con los asientos plegados y cargados hasta arriba de productos adquiridos gracias a donativos y a la solidaridad.
Un viaje de emociones para los integrantes de la caravana que han experimentado, en palabras de José Miguel, "altibajos al ver distintas situaciones, el impacto al llegar al centro de refugiados, la esperanza... la satisfacción del objetivo cumplido" y el deseo, expresado en un mensaje previo a su regreso, de que la llegada de los refugiados a España "sea tan agradable que consigamos que olviden el horror que les ha tocado vivir".