Leidy Fernanda Jaramillo no no sabía que estaba embarazada. La joven, de 25 años de edad de Colombia, se inyectaba anticonceptivos y, aunque comenzó a experimentar dolores de cabeza, cambios en su menstruación, mayor hinchazón abdominal, dolor en sus mamas y repentinos mareos, siempre los asoció a este tratamiento. Ni siquiera el día que dio a luz a un niño de 2,5 kilos lo sabía. No fue consciente de ello hasta que tuvo lugar el parto.
La joven, cuenta a eltiempo.com, que con el desarrollo, en su caso tardío, a los 18 años, comenzó a engordar y desarrolló sobrepeso. Según explica una especialista al mismo medio, los estrógenos, la progesterona y los andrógenos en las mujeres tienden a aumentar su nivel de masa muscular, y algunas desarrollan ese aumento centrado en su abdomen. Este fue uno de los motivos por el que Leidy Fernanda no asoció su cambio físico al embarazo.
La joven, que vivía con su novio, había comenzado a prevenir el embarazo con anticonceptivos. Coincidiendo con el inicio del tratamiento, comenzaron los dolores de cabeza, cambios en su menstruación, mayor hinchazón abdominal, dolor en sus mamas y repentinos mareos. Cuando preguntó al médico, le indicó que era algo normal al ser un tratamiento hormonal.
“Yo lo único que pensaba era que todo iba a cambiar, y que mi cuerpo iba a volver a ser el mismo de antes, incluso una amiga me dijo que si empezaba a planificar con esta inyección iba a bajar rápidamente de peso, pero no fue así, yo seguía con el mismo peso de siempre y los dolores de cabeza no paraban, incluso Andrés me decía que estaba bastante irritable”, confiesa.
En marzo de 2020, ante la escasez en Colombia de la marca de anticonceptivos que utilizaba, el médico se la cambió. Pensó, entonces, que los 'efectos secundarios' desaparecerían pero no fue así: su peso continuó sin cambios, los mareos eran, incluso, mayores y continuó con la menstruación.
Como los mareos no cesaban, la joven consultó al médico, pero con la situación sanitaria empeorando en el país como consecuencia del coronavirus, tuvo las citas de forma virtual. Los médicos le recomendaban hacer dieta, deporte y tomar el sol ya que estaba pálida y tenía los labios morados.
Lady Fernanda no mejoró. Los síntomas continuaron y a ello se sumó el estrés y el cansancio, que asoció a la situación económica derivada de la pandemia. El 31 de enero decidió ir al médico ya que se sentía aún peor: le dolía el estómago y la espalda, aunque pensó que esto se debía a que había estado moviendo cajas y cargando el peso el día anterior, de hecho, no pudo ni dormir.
Ya en el médico, decidieron hacerle análisis de sangre y de orina para descartar el embarazo, pero cuando fue al baño para depositar la muestra, el dolor se intensificó y, sin saberlo, se puso de parto.
Inmediatamente, la tumbaron en una camilla para dar a luz a un bebé de 2,5 kilos y 49 centímetros, totalmente sano a pesar de que la mujer no se cuidó específicamente como lo hubiese hecho si hubiera sabido que estaba embarazada.