Hace 15 años, miles de toneladas de agua en forma de olas gigantes arrasaron las costas del Índico. No había habido alertas y, por lo tanto, el maremoto sorprendió a residentes y turistas.
A las 230 000 víctimas mortales, hay que añadir dos millones de damnificados que perdieron sus viviendas. Aunque Indonesia se llevó la peor parte, hubo muertos en otros catorce países. Incluso en una playa de Sudáfrica, a ocho mil kilómetros del epicentro del temblor.
"Bajo el mar todo el tiempo era: que ya se acabe, que ya se acabe”, así le contaba su drámatica experiencia la española María Belón a Naomi Watts, la actriz que interpretó su odisea con final feliz junto a su familia en la película ‘Lo imposible’.
A día de hoy, los sistemas de avisos de tsunami instalados tras la tragedia no funcionan. Las navidades pasadas, otro maremoto dejó medio millar de fallecidos en Indonesia, y -de nuevo- nadie lo previó.