El 26 de diciembre de 2004, las placas tectónicas que se encuentran debajo del océano Índico temblaron y, con ello, provocaron una serie de tsunamis que asolaron las costas de países como Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, India o las islas Maldivas. El terremoto de Sumatra-Andamán provocó más de 260000 víctimas. Una vez recuperados, muchos de los supervivientes han querido compartir su historia con los medios para desahogarse y para agradecer a todos aquellos que les ayudaron cuando sufrieron esta terrible catástrofe.
La última en contar su historia ha sido una mujer australiana llamada Jillian Searle. La mujer ha concedido una entrevista al medio de comunicación '7 News' quince años después de vivir esta terrible experiencia. Jillian Searle ha revelado que se encontraba de vacaciones navideñas en Tailandia junto a su marido y a sus dos hijos pequeños, un niño de 5 años llamado Lachie y un bebé de apenas 20 meses de edad llamado Blake.
Fue el mismo 26 de diciembre cuando la familia estaba en las costas de Phuket estrenando los regalos navideños cuando se produjo la primera ola del tsunami. Entonces, la mujer decidió agarrar a sus dos pequeños. Una vez pasada la primera ola, la mujer decidió entrar en el hotel donde se alojaba junto a sus hijos y buscar un refugio en la zona más alta del edificio. Sin embargo, en la barra del bar que encontró para resguardarse tan solo entraba uno de ellos.
En ese mismo momento, Jillian Searle tuvo que plantearse a qué niño elegía para salvarle. “Me rompió el corazón pero sabía que si no me decidía moriríamos todos. Con solo 20 meses, sabia que no había forma de que Blake pudiese sobrevivir solo. Así que de mala gana decidí que subiese a la plataforma Lachie”, confiesa la madre. Nada más dejar a su hijo mayor en la barra del bar, la segunda ola arrasó con la madre y con el bebé de 20 meses. “La ola me golpeó y me tiró hacia abajo. Pensé que mi hijo se iba a morir en mis brazos, me preocupé. Cuando logramos resurgir para buscar aire, me sentí aliviado al escuchar los gritos de Blake”, confiesa la australiana.
Horas más tarde, consiguió reencontrarse con su marido. Sin embargo, no había rastro de su hijo mayor. Fue su marido quien comenzó una desenfrenada búsqueda por la zona donde se habían hospedado intentando encontrar a Lachie. Lamentablemente, esta búsqueda no resultó efectiva. Cuando su marido se reencontró con su mujer y le comunicó la noticia, Jillian Searle se derrumbó en suelo: "Estaba inconsolable".
En ese mismo momento, el matrimonio escuchó como un hombre gritaba que había encontrado a un niño con las mismas características que Lachie. Efectivamente, el hijo de Jillian Searle se encontraba sano y salvo. Días más tarde, la familia consiguió regresar a Australia donde les costó semanas superar el trauma que habían vivido.
Quince años más tarde, Jillian Searle confiesa que sus dos hijos entienden completamente la decisión que tomó su madre en esa situación tan crítica. “Mi marido y yo nos hemos separado. Lachie ha celebrado su vigésimo cumpleaños y es un joven deportivo y social. A sus 16 años, Blake es muy amable y no se acuerda del tsunami. Lachie puede recordar todo con detalles. Afortunadamente, no le ha cogido miedo al mar y entiende perfectamente por qué hice lo que hice”, finaliza la superviviente del tsunami.