La mayoría de países está imponiendo duras restricciones a consecuencia de la pandemia de coronavirus. Una de ellas es la limitación de las visitas en numerosos hospitales, colapsados por los infectados por el SARS-CoV-2.
Estas limitaciones no tienen en cuenta las historias personales detrás de cada enfermo. Una familia de Moncton, en Canadá, llevaba unas semanas reclamado un permiso para visitas por su situación especial: la madre de la familia, Colleen Cail, se encontraba en cuidados paliativos en el hospital y sus cuatro hijos apenas podían verla durante sus últimos días.
Tina Baker, la hermana de la mujer ingresada, suplicó por activa y por pasiva al personal del Hospital Moncton un permiso para un caso tan excepcional como el de esta familia. Colleen, de 49 años, enferma de un cáncer de mama terminal, está poco a poco perdiendo su energía, y en esos últimos días de vida sus hijas no podían acudir a despedirse.
De sus cuatro hijas, solo Alyce y su hermano, mayores de edad, sí que podían entrar a ver a su madre, pero las pequeñas Reyce, de 11 años, y Chayce, de 9, no, por el protocolo de seguridad del hospital. Las menores llevaban desde principios de año sin ver a su madre, como recoge Global News.
Finalmente, desde el hospital, atendieron la petición desesperada de esta familia y los hijos al completo podrán despedirse de su madre, aún en plena pandemia. La familia celebra este triunfo pero lamenta el tiempo perdido con su madre: "No debería tener que pasar por todos estos obstáculos para hacer esto", concluían.