El coronavirus continúa elevando la presión de los hospitales en España. Permanecen en una situación crítica y los sanitarios, en plena tercera ola, están al límite. La ocupación de camas de UCI en nuestro país se eleva al 44,36%, y son seis las comunidades autónomas con porcentajes superiores al 50%: Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid, Melilla y La Rioja.
Aunque la incidencia acumulada a 14 días está bajando paulatinamente, situándose en 783,25, una cifra todavía “altísima”, en palabras del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, la presión sobre los hospitales tardará todavía al menos una semana en empezar a bajar.
En medio de la pandemia, Informativos Telecinco ha podido entrar a una sala del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, la ‘Sala familiar Ronald McDonald’, para descubrir cómo desconectan los sanitarios en medio del desgaste provocado por lo que ya es más de un año de la covid-19 en España.
En ella, los profesionales encuentran un reducto, un pequeño refugio, en el cual dejar por unos instantes a un lado la dura labor a la que se enfrentan.
La sala Ronald McDonald, cuenta la coordinadora de ésta, María Fernández “es un espacio para las familias, con hijos e hijas aquí hospitalizados”, pero, “debido a la situación de la pandemia” la han abierto y se ha “ofrecido al personal sanitario”.
Ahí, aprovechan sus ratos libres para intentar desconectar.
Como explican, ha sido un año muy intenso y todavía quedan duros meses por delante: “Es casi más duro todo lo que hay fuera: la familia; no poder contactar con la familia, tener miedo de que pase algo”, explica la doctora Ángeles Linde.
“Todo avanza muy rápido y muchas veces llega la situación de estado crítico. En ese momento empiezas a pensar en personas de tu entorno, familiares que pudieran estar en la misma situación”, cuenta Albert Bentué.
También el doctor Félix Castillo, quien lleva más de 30 años dedicándose a la neonatología, ha sufrido de cerca la pandemia: “Ha sido duro, muy duro. Hay casos muy especiales y particulares, ¿no? Como una embarazada, gravemente enferma, y que no se acordaba de que estaba embarazada”.
Por salas como estas en las que encuentra refugio pasan pasan cada día más de 30 sanitarios que no solo aprovechan las instalaciones para comer y descansar, sino que también pasan sus momentos de ocio, intentando por unos momentos coger fuerza para volver a desempeñar una labor vital.