No es la primera boda que vemos en un hospital en esta época del covid, donde se han producido hasta cenas románticas preparadas para unos sanitarios que ya son, psicólogos, camareros y el último apoyo moral y emocional en el día a día una enfermedad que añade la soledad al sufrimiento diario. Por eso, tal vez, en estos momentos tan duros, el amor está en el aire.
Pero sí ha sido la primera boda que bese ha producido en el hospital Zendal. Rosario a sus 62 años y Fernando con sus 70 han decidido que era el momento de decirse te quiero. Ambos intentan superar el coronavirus que les ha contagiado el hijo que tienen en común. Ella de blanco y él con pajarita. Lejos de su familia pero con el cariño y la ayuda del personal médico. Esta vez han sustituido la limusina por una silla de ruedas. El novio espera en su camilla. “Nos veíamos muy malitos", y nunca sospecharon que su paso por el Zendal les fuera a convertir en marido y mujer.
Rosario no deja de estar sorprendida porque durante estos 14 años, Fernando nunca le había dicho eso de ¿te quieres casar conmigo? Pero hace ocho días la declaración llegó como no podía ser de otro modo en estos tiempos, vía whatsapp.
No ha faltado de nada en esta boda del Zendal, ni la música, ni los pétalos de rosa, ni los anillos ni la tarta. Y un lanzamiento perfecto del ramo de flores. Ambos son luchadores, y aunque Fernando aún sigue luchando, esta boda le va a dar el empujón final para lograrlo. Así lo cree Rosario, que entre lágrimas, dice que este momento es lo mejor que puede desear un ser humano en estos momentos y que será la fuerza que necesita Fernando para vencer por fin al covid.