Bill Gates, el multimillonario fundador de Microsoft, reconoce en su flamante nuevo libro, "Cómo evitar un desastre climático", sus propias contradicciones en la lucha contra el cambio climático, de la que se considera "un mensajero imperfecto". Por ejemplo, admite haber viajado en un jet privado a la conferencia climática celebrada en París.
El filántropo, que vive en una mansión con siete dormitorios y 24 baños en una finca de 20 kilómetros cuadrados en Medina, Washington, admite abiertamente que utiliza su flota de jets privados mientras viaja por el mundo en nombre de la Fundación Bill y Melinda Gates. "No puedo negar ser un tipo rico con una opinión", escribe.
“Es cierto que mi huella de carbono es absurdamente alta. Soy dueño de grandes casas y vuelo en aviones privados; de hecho, llevé uno a París para la conferencia climática, entonces, ¿Quién soy yo para dar una conferencia a alguien sobre el medio ambiente?", se pregunta Gates. El Acuerdo de París es un acuerdo internacional histórico que fue firmado por casi todas las naciones en 2015, abandonado por Donald Trump en noviembre de 2020 y ahora reunido por la administración de Joe Biden.
Gates dice que se siente culpable por el alto nivel de sus emisiones de carbono y que "trabajar en este libro me ha hecho aún más consciente de mi responsabilidad de reducirlas". “Reducir mi huella de carbono es lo mínimo que se puede esperar de alguien en mi posición que está preocupado por el cambio climático y que pide acción públicamente”, apunta.
En el libro sostiene que desde 2020 ha utilizado combustible para aviones sostenible y "compensaré por completo las emisiones de aviación de mi familia en 2021". El combustible para aviones sostenible se elabora a partir de recursos renovables como aceite de cocina, aceite vegetal, desechos municipales y gases residuales.
Para sus emisiones no relacionadas con la aviación, Gates escribe que está utilizando los servicios de una empresa que gestiona una instalación que elimina el dióxido de carbono del aire. Y agrega que también está invirtiendo en compañías de energía limpia y organizaciones sin fines de lucro.
“He invertido más de mil millones de dólares en enfoques que espero ayuden al mundo a llegar a cero emisiones, incluida la energía limpia asequible y confiable y el cemento, acero, carne y más de bajas emisiones”, escribe.
“Por supuesto, invertir en empresas no reduce mi huella de carbono. Pero si he elegido algún ganador, será responsable de eliminar mucho más carbono del que yo o mi familia somos responsables”. “Además, el objetivo no es simplemente que una persona compense sus emisiones; es para evitar un desastre climático”, añade. "Tenemos que llegar a cero emisiones de gases de efecto invernadero", concluye.