Animales como los erizos, los conejos o incluso el gato doméstico tendrían el potencial para albergar nuevas cepas de coronavirus, según un estudio realizado por investigadores de Reino Unido del que se hace eco el medio Daily Mail.
Concretamente, señalan, utilizaron un modelo de aprendizaje automático de predicción para establecer asociaciones entre 411 cepas de coronavirus y 876 mamíferos que podrían ser huéspedes potenciales del virus. Así, observaron que un amplio grupo de animales cumplían la hipótesis que se planteaban: “Los resultados demuestran que se ha subestimado el potencial de la generación de nuevos coronavirus en animales salvajes y domésticos”, defienden los científicos en su estudio, publicado en Nature Communications.
Según afirman, podría haber hasta 30 especies-huésped más de las que actualmente se conocen que podrían tener potencial para albergar nuevas cepas del SARS-CoV-2. De hecho, señalan, según sus resultados habría al menos 11 veces más asociaciones entre especies de mamíferos y cepas de coronavirus de lo que hasta ahora han mostrado las observaciones empíricas. Y no solo eso, porque también apuntan que hay 40 veces más especies de mamíferos con cuatro o más cepas de coronavirus de lo que se había observado anteriormente.
Concretamente, indican, especies como el murciélago grande de herradura o la civeta de palmera asiática podrían albergar 68 y 32 coronavirus diferentes, respectivamente.
Junto a estos, también destaca el pangolín, igualmente asociado al SARS-CoV-1 que causó el brote del SARS en 2003, y también aparecen otros mencionados en el estudio como el dromedario, identificado como la principal vía de transmisión del MERS-CoV al ser humano, o el murciélago amarillo asiático.
Los nuevos coronavirus, señala el estudio, pueden surgir cuando dos cepas diferentes coinfectan a un animal, lo que hace que el material genético viral se recombine”. El SARS-CoV-2, señalan, parece resultado de una recombinación genética; de una mezcla de coronavirus. Fruto de esa recombinación, defienden, una de las proteínas del SARS-CoV-2 permitió al virus ingresar en las células humanas.
En este sentido, desde la Universidad de Liverpool los investigadores alertan de que la “amenaza más inmediata” para la salud pública es la recombinación de otros coronavirus con el SARS-CoV-2. Ello, apuntan, podría dar lugar a un virus que reúna los aspectos más dañinos de otros de la misma familia de coronavirus.
En esta línea, intentando rebajar la alerta sobre los animales destacan que, pese a todo, “la recombinación podría no ocurrir” en estos, pero indican que estudiarlos y mantener un sistema de vigilancia exhaustivo es fundamental para anticiparse a cualquier tipo de amenaza.
En cualquier caso, los investigadores también dejan claro que sus estudios están basados en datos limitados sobre los genomas del coronavirus y las asociaciones virus-huésped, reconociendo sesgos y subrayando que hace falta más estudio en este campo.