Un juez del condado de Fulton, en Georgia, ha anulado este lunes la prohibición del aborto a las seis semanas de embarazo. Al declarar inconstitucional esta restricción, el juez permite que el procedimiento legal sea hasta 22 semanas de gestación.
En el fallo, el juez Robert McBurney argumenta que la Ley de Equidad e Igualdad para los Bebés Vivos de Georgia, conocida como Ley LIFE, viola los derechos constitucionales de las mujeres. Esta decisión surge tras una demanda presentada por el colectivo Sistersong, que representa a mujeres racializadas en temas reproductivos, según informa NBC.
"Cuando un feto que crece en el interior una mujer alcanza la viabilidad fetal, cuando la sociedad puede asumir el cuidado y la responsabilidad de esa vida separada, entonces -y sólo entonces- puede intervenir la sociedad", ha explicado, en referencia a la capacidad del feto humano para sobrevivir fuera del útero, que suele ser a las 23 o 24 semanas de la edad gestacional.
McBurney concluyó que la prohibición de interrumpir el embarazo después de la detección de actividad cardíaca embrionaria, que ocurre alrededor de las seis semanas, es arbitraria y va en contra de los derechos de libertad e intimidad de la mujer. También mencionó la necesidad de equilibrar esos derechos con el interés de la sociedad en proteger a los niños no nacidos.
Esta ley penaliza la mayoría de los abortos una vez que un embrión mostraba actividad cardíaca. Firmada por el gobernador republicano Brian Kempt en 2019, la ley no pudo entra en vigor hasta que el Tribunal Supremo revocó Roe v. Wade en 2022, que había garantizado el derecho al aborto durante casi 50 años.
Le legislación sobre el aborto en Georgia ha estado marcada por una serie de cambios significativos en los últimos años, que comenzó con la decisión del Tribunal Supremo en 1973, Roe v. Wade, que garantizó el derecho al aborto en todo Estados Unidos. Esta decisión permitió a las mujeres interrumpir su embarazo hasta aproximadamente la viabilidad fetal, que se sitúa alrededor de las 24 semanas.
La ley LIFE, creada en 2019, fue objeto de críticas por su severidad, ya que no incluía excepciones para casos de violación o incesto y fue considerada una de las más restrictivas en el país. A partir de 2022, esta ley permitió a los estados establecer sus propias restricciones sobre el aborto. Esta revocación impulsó una serie de desafíos legales y reacciones en cadena en diferentes estados, incluido Georgia.
La legislación sobre el aborto en Georgia ha llevado a protestas tanto a favor como en contra. Los defensores de los derechos reproductivos han argumentado que las restricciones son una violación de la autonomía de la mujer, mientras los opositores defienden la protección de los fetos no nacidos. A su vez, las restricciones sobre el aborto han suscitado preocupaciones sobre la salud pública, ya que limitan el acceso a servicios de salud seguros y asequibles para mujer, lo que puede llegar a complicar su bienestar.
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