Los dos partidos quieren vender que han sido sus candidatos los vencedores del debate entre Donald Trump y Kamala Harris. Tanto demócratas como republicanos pugnan por hacerse con el relato, a pesar de que lo visto en el plato de la cadena estadounidense, se vio la superioridad de la vicepresidenta.
El triunfo con un espectáculo de drones en Filadelfia, por ejemplo, tras el debate y de que los demócratas reclamen a los republicanos un segundo debate, demuestra que están muy seguros y muy confiados con su candidata, Kamala Harris.
Trump, justo después del duelo televisivo, hizo algo que los candidatos no suelen hacer y es que fue a la sala de prensa a hablar con los periodistas. El republicano trató de controlar la información y convocó a los medios al 'spin room', que es donde suelen acudir las campañas y los asesores para dar su versión del debate.
Al filo de la medianoche, el propio Trump acudió a hablar con los periodistas en un intento por controlar el mensaje. Los republicanos desde su aparato de comunicación de campaña se erigieron como vencedores del debate.
Aseguraron que Trump no dijo nada que no haya dicho antes y que no cometió grandes errores. Consideran que simplemente que Trump fue Trump.
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