La mayoría alcanzada por la ultraderecha de Agrupación Nacional con más de 10 millones de votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas del pasado domingo, era lo esperado. Ahora la alianza de partidos de izquierdas y el bloque oficialista de Macron intentarán evitar que en la segunda ronda el partido de Marine Le Pen logre la mayoría absoluta y controle la Asamblea Nacional, según informa en el vídeo Carlos Herranz.
La estrategia de la coalición de izquierdas, Nuevo Frente Popular, que incluye a La Francia Insumisa, el Partido Socialista, los Verdes y los Comunistas, es retirar a sus candidatos en las circunscripciones en las que hayan quedado terceros para apoyar a otros candidatos más fuertes opuestos a la Agrupación Nacional (RN).
El primer ministro, Gabriel Attal, del partido del presidente Emmanuel Macron, ha asegurado que harán lo mismo, aunque ha tranquilizado a sus votantes confirmando que eso “no significa movilizarse” hacia la izquierda.
Esta estrategia funcionó en el pasado, cuando la extrema derecha no tenía la fuerza que ha exhibido el pasado domingo. Ahora frente a un panorama distinto y con el desprestigio del llamado macronismo y el desgaste de la izquierda francesa, ningún experto asegura que funcionará. Eso, unido al fuerte rechazo de su partido al partido Francia Insumisa, equivalente a Podemos en España, complicaría el bloque de voto unido contra la ultraderecha.
Renacimiento, partido que lidera Macron ha realizado una campaña electoral en la que igualaba a La Francia Insumisa, liderada por Jean-Luc Mélenchon con la ultraderecha de Le Pen. A este punto, la coalición centrista tendrá muy complicado armar una alianza fuerte de cara a la segunda vuelta electoral.
Si finalmente la izquierda y el centro repuntan en la segunda vuelta, tendrán que superar las profundas divisiones y el rechazo de Macron y los suyos por lo que resultará bastante improbable una mayoría alternativa que gobierne desde el centro y aune las diferentes sensibilidades ideológicas.
Si esta imposibilidad se confirma a Macron solo le quedará aceptar "un Gobierno con un primer ministro de extrema derecha, Jordan Bardella, seguramente llevándolo a una posición más frágil.
La otra posibilidad es que si la Agrupación Nacional de Le Pen no consigue la mayoría absoluta Macron podría nombrar un Gobierno técnico para gestionar los asuntos corrientes con la aprobación de otros partidos. Sería una agrupación de funcionarios sin inclinación política concreta que
puedan gestionar los asuntos urgentes hasta nuevas elecciones.
El sistema electoral francés, a dos vueltas, permite pasar a la ronda definitiva a aquellos candidatos que obtengan al menos el 12,5% de los votos del total de inscritos.
Se prevé unos 300 enfrentamientos triangulares, entre Reagrupación Nacional, la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular y el partido de Macron, que serán decisivos para determinar si la formación de Le Pen obtiene o no los 289 diputados necesarios para alcanzar la mayoría absoluta. Con esta fórmula podría imponer un Gobierno mixto con Jordan Bardella como primer ministro.
Marine Le Pen, inflada de agradecimiento tras los votos conseguidos en la primera vuelta, ha llamado "al pueblo" en nombre de los históricos pilares de la democracia gala: "Necesitamos una mayoría absoluta. Una participación tan elevada da una fuerza particular al voto".
"Les pido que se unan a la coalición de libertad, seguridad y fraternidad. ¡Movilízate para que gane el pueblo!", ha reclamado entre aplausos de sus simpatizantes.
Todo se decidirá en los próximos días cuando el 7 de julio los franceses vuelvan a las urnas y voten por quiénes quieran que decidan el destino político en Francia.
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