Médicos Sin Fronteras (MSF) se enfrenta en el Mediterráneo al drama de los que tratan de llegar a Europa cruzando el mar, entre ellos niños pequeños. Un equipo de Informativos Telecinco, liderado por Esperanza Calvo, fue testigo de cómo se gestiona un rescate en el Mediterráneo central, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo.
Solo en media hora, el equipo llegó a ver ya una embarcación: "Es una embarcación de fibra". Estaban a la deriva, muy cerca del Geo Barents, el barco de rescate de MSF. Los rescatadores transmitían la situación por radio: "¡Por favor, siéntense!". La embarcación estaba repleta de gente y con un bebé a bordo. Lo primero que hicieron los rescatadores fue atender al niño y darle un chaleco de talla infantil.
"La verdad es que es una situación muy complicada, están sin motores en medio del mar. Le han dado un chaleco al padre que lleva el niño pequeño", contaba Esperanza Calvo en medio del rescate. Entre todos los presentes trataron de calmar al bebé. Poco a poco, los migrantes fueron contando que llevaban dos días perdidos en el mar. Estaban ya sin gasolina y sin agua.
El bebé, de menos de un año, preocupaba a los efectivos de MSF. Una vez estaban a salvo, un equipo médico empezó a realizar las primera valoraciones. "Hemos recibido a 40 personas, de momento todo el mundo está estable, pero vamos a seguir con el seguimiento, porque hay veces que con el olor a gasolina hay cosas que aparecen más tarde", señalaba una profesional sanitaria. Muchos han dejado atrás meses de esclavitud y penurias en Libia. Tantas que habrían preferido morir en el mar antes que volver allí.
Impresiona ver que nadie habría salvado a estas personas. Estarían muertas, de no ser por MSF, la ONG que les rescata. La historia del bebé rescatado, que se llama Huseín, impresiona. Su padre es de Sudán y su madre de Etiopía, es decir, dos países en guerra. La familia buscaba una salida hacia Libia, pero en este país se registran situaciones muy complicadas para los migrantes, porque son tratados como meras mercancías. Muchos acaban detenidos e ingresan en centros donde reciben palizas. También se ha observado explotación sexual y esclavitud en el citado territorio.
Por ello, la familia de Husein decidió tomar la difícil decisión de arriesgarse a cruzar el Mediterráneo e incluso a morirse en el mar antes que ir a Libia. El rescate de Husein se produjo en aguas internacionales, que son responsabilidad de Malta, pero Malta no cumple con su obligación legal de realizar labores de búsqueda y rescate. Por eso, si MSF no llega a encontrar al bebé, seguiría a estas horas en una barca, como tantos otros cientos de miles de migrantes que siguen a la deriva a estas horas en el Mediterráneo central.
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