El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha condenado este lunes sin paliativos el ataque ucraniano del pasado sábado contra la ciudad rusa de Bélgorod y que continuó a lo largo del domingo hasta dejar 24 muertos y 108 heridos.
Aunque Ucrania ha asegurado que su ataque en Bélgorod iba dirigido contra instalaciones militares y que la destrucción de la ciudad se debió a una negligencia de la defensa aérea rusa, Putin ha acusado al Ejército ucraniano de haber lanzado cohetes desde un sistema de lanzamiento múltiple MLRS, "un arma indiscriminada que usó para atacar el centro de la ciudad, donde la gente paseaba antes de Año Nuevo".
"Ha sido un ataque contra la población civil y desde luego se trata de un acto de terrorismo. No se le puede llamar de ninguna otra manera", ha manifestado en comentarios recogidos por la agencia TASS. "Me hierve la sangre. Ningún crimen de este tipo -y éste es, por supuesto, un crimen contra la población civil- quedará impune", ha prometido.
Por lo demás, el presidente ruso aseguró que los últimos meses de guerra en Ucrania están decantando el conflicto a favor de Rusia porque Kiev "está agotando rápidamente las municiones occidentales que recibe" y "sus fuerzas están siendo aniquiladas".
En este contexto, Putin ha expresado su deseo de "poner fin a este conflicto de la manera más rápida posible" pero "solo en nuestros propios términos".
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