Francia aprueba la polémica reforma migratoria con el apoyo de la ultraderecha de Marine Le Pen

La Asamblea Nacional francesa ha aprobado la polémica reforma migratoria, de la mano de la derecha con 349 votos favorables, entre ellos los del partido Agrupación Nacional (extrema derecha), de Marine Le Pen y 186 en contra.

La Cámara Baja ha dado 'luz verde' al texto, que provocó una revuelta entre las filas del partido de Macron con el voto contrario de uno de cada cuatro de sus diputados, así como la dimisión del ministro de Sanidad.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, por su parte, ha celebrado que la iniciativa haya sido aprobada con una "mayoría sólida", que ha incluido el apoyo del ultraderechista Agrupación Nacional.

El organismo había rechazado previamente --por 284 votos en contra y 155 votos a favor-- una moción presentada por el partido de izquierdas La Francia Insumisa para tumbar la reforma migratoria, un texto que ha levantado ampollas en el sector más progresista de Renacimiento, partido del presidente Macron.

La primera ministra, Élisabeth Borne, ha considerado que la reforma es un "texto necesario y útil, esperado por los franceses", un "texto eficaz y coherente con los valores republicanos". Durante el debate, la jefa de Gobierno denunció las "maniobras groseras" de Agrupación Nacional, partido de la ultraderechista Marine le Pen. "Plantan la bandera sobre nuestro texto a pesar de que no lo votaron en el Senado", afirmó.

Ahora, Borne ha aseverado que "la mayoría estaba unida" y que la "maniobra" de Agrupación Nacional "ha fracasado": "Esta noche solamente ha ganado el interés general", ha zanjado, pese a que uno de cada cuatro diputados macronistas ha votado en contra del texto.

El apoyo del partido ultraderechista de Le Pen al borrador ha provocado que incluso Macron llegase a pronunciarse, asegurando que tumbaría él mismo la iniciativa en caso de que solo contase con los votos favorables de dicha formación.

La izquierda francesa define la reforma migratoria de "victoria repugnante"

Por su parte, el líder de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, ha tildado la aprobación de "victoria repugnante", tras lo que ha informado de que su formación ha propuesto a la "izquierda parlamentaria unirse para enfrentar el eje Macron-Le Pen". "Esta situación no puede quedarse sin una reacción acorde a la importancia del momento", reza un comunicado del coordinador de la formación, Manuel Bompard, compartido por Mélenchon.

El ministro de Salud, Auréliem Rousseau, ha presentado su carta de dimisión al Ejecutivo, por sus diferencias con la iniciativa, según ha podido saber el periódico francés 'Le Figaro'. Rousseau se opuso firmemente al endurecimiento del proyecto de ley y antes de la votación amenazó con su renuncia junto a otros ministros, como la de Educación Superior, Sylvie Retailleau, y el de Vivienda, Patrice Vergriete, respectivamente.

Uno de los principales focos de tensión han sido las ayudas sociales, ya que inicialmente la derecha reclamaba un claro endurecimiento de las actuales políticas. Este tipo de prestaciones, por ejemplo las destinadas a familias o a temas de vivienda, estarán condicionadas a que los extranjeros lleven al menos 5 años en Francia, en lugar de seis meses como hasta ahora. En caso de tener trabajo, se rebajan los plazos, a entre tres y 30 meses, en función del subsidio.

Además, el borrador incluye medidas de regularización de los inmigrantes que puedan trabajar en sectores con escasez de mano de obra --sujetas a la discrecionalidad de los prefectos--, el endurecimiento de los requisitos para la reunificación familiar, la recuperación del delito de estancia ilegal, la prohibición de ingreso de menores en centros de reclusión administrativa o la retirada de la nacionalidad para quienes cometan delitos contra las fuerzas de seguridad.

El borrador de ley ha sido aprobado con anterioridad en el Senado con 214 votos a favor y 114 en contra después de que una comisión parlamentaria mixta, formada por siete diputados y siete senadores, haya pactado un texto de consenso. El debate se produce después de que la pasada semana el Gobierno fracasase en su intento de aprobar la medida, lo que llevó al ministro del Interior, Gérald Darmanin, a presentar su dimisión, si bien Macron rechazó su salida del Ejecutivo.

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