Israel ha asegurado que ha eliminado casi toda la presencia de Hamás en el norte de Gaza y extiende sus operaciones al resto de la franja. Los bombardeos se extienden al centro y al sur de la región palestina, pero en el lado israelí no todos aplauden la vuelta de los ataques con misiles. El malestar creciente y público de los familiares de los rehenes que aún están en manos del grupo islamista ha forzado una nueva reunión con el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
A las familias de los más de 122 rehenes que aún están en manos de Hamas se les termina la paciencia. El Ejército de Israel ha confirmado que otros 15 habrían muerto en los bombardeos. Aún se desconocen sus identidades, pero sus familias saben que se agota el tiempo. Por eso, reclaman una reunión urgente con el gabinete de guerra cuanto antes, no quieren esperar a este martes, como exige Daniel, uno de los afectados. Su abuela ya ha sido liberada, pero su abuelo continúa en Gaza.
También sigue cautivo Tamir, de 38 años, para desesperación de su madre: "Mi hijo sabe que no me rendiré, pero necesito que el gabinete de guerra no se rinda". Tamir es, además, nieto de Yaffa, a quien se la pudo ver sentada en un carrito de golf mientras Hamás se la llevaba.
A sus 85 años, Yaffa pasó 49 días secuestrada y no puede dar detalles de lo sufrido para preservar la seguridad de su nieto. "Quiero verlo ahora, no cuando ya esté en el féretro", ha pedido la mujer, también superviviente del holocausto. Benjamín Netanyahu asegura que la negociación con Hamás sigue abierta, pero las familias quieren hechos, no más promesas.
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