John Fitzgerald Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, una fecha inolvidable para millones de estadounidenses que vieron morir casi en directo al presidente más popular de la historia de EEUU. 60 años después, su muerte sigue provocando reacciones y sospechas sobre lo qué pasó aquel día en el que un exmarine le borró a JFK su eterna sonrisa de un disparo en la cabeza.
Todo transcurría como un día normal en la vida de John Fitzgerald Kennedy, de visita en Texas, un estado hostil para el líder demócrata, pero el presidente estaba confiado y así se lo demostraba el alboroto de las miles de personas, que se habían lanzado a las calles para verlo pasar en el descapotable junto a Jackie, ídolo de las mujeres de su época.
El tranquilo recorrido por Dallas, a menos de 20 kilómetros por hora, duró poco al ser interrumpido por los disparos. Los historiadores y testigos hablan de tres, dos fallidos y otro que hirió al gobernador de Texas e impactó directamente en la cabeza de J.F.Kennedy, según la versión oficial que asegura que fue una única bala.
La imagen del atentado a Kennedy fue grabada por un empresario y emitida en televisión poco después en medio de la conmoción que sacudió al país. Esta es la parte de la historia más precisa, después todo han sido investigaciones, sospechas y misterios.
Poco después, la Policía de Dallas, detenía a Lee Harvey Oswald, cuando entraba en un cine y apenas dos horas después de que los médicos del hospital Parkland declararan muerto a JFK, ya Lyndon Johnson juraba como nuevo presidente junto a Jackie Kennedy a bordo del avión presidencial, que a su vez trasladaba el cuerpo. Fue acusado del magnicidio y su historia de exmarine, asilado en la Unión Soviética y regresado a EEUU parecía corroborarlo.
¿Por qué lo hizo? ¿hubo algún mandante? ¿fue un cabeza de turco? Todas estas preguntas siguieron a la muerte de Lee Harvey Oswald, que fue acribillado a tiros dos días después por un tal Jack Ruby, un empresario de poca monta vinculado con la mafia, cuando estaba bajo custodia policial; este desenlace, no hizo otra cosa que alimentar más las especulaciones. Ruby contó a la Policía haber matado para restituir el honor de la ciudad de Dallas, pero nadie nunca ha creído esta versión.
En 60 años ha habido decenas de versiones sobre quién mató a J.F.Kennedy. Ahora Paul Landis, ex agente del Servicio Secreto, testigo directo de la muerte del presidente asegura en un libro de memorias con fecha próxima de publicación que recogió una bala del coche presidencial después de que le dispararan a Kennedy y la dejó en la camilla cuando era trasladado al hospital.
En su libro The Final Witness (El testigo final), Landis, que ahora tiene 88 años, nunca presentó esta evidencia y la Comisión Warren, que investigó el asunto, nunca lo entrevistó. Ni la historia de la bala apareció en ningún informe oficial hasta ahora que rompe con la historia oficial de la llamada 'bala mágica' que mató a John Kennedy e hirió a su vez al Gobernador de Texas, Connally.
Finalmente, la bala que halló Landis en el coche descapotable de Kennedy y que el colocó junto a su camilla, aparece en los informes como encontrada en otra camilla, junto al gobernador, en el Hospital Parkland Memorial, desmiente la versión oficial de que una sola bala causó la muerte al presidente Kennedy e hirió al gobernador Connally.
El asesinato 5 años después de Bob, hermano de J.F. Kennedy, cuando hacía campaña para la Presidencia, acrecentó más sospechas y durante años se ha hablado de la maldición de los Kennedy. En 1999 con la muerte del hijo de JFK y su esposa en un accidente de avión. Ambos, también, jóvenes, fotogénicos y ricos.
El exagente de los servicios secretos, ya retirado, en plena promoción de su libro, ha pedido que se revise el informe de la Comisión Warren y que se desclasifique toda la información que el Gobierno de Estados Unidos mantiene en secreto sobre el atentado, para que se sepa toda la verdad sobre el asesinato de JFK aquel 22 de noviembre de 1963.
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