La situación de la crisis humanitaria provocada por la guerra entre Israel y Hamás es de extrema gravedad. Mientras los bombardeos continúan, los efectivos sanitarios no dan abasto para tratar a los heridos, muchos de ellos niños, y todo en unas condiciones en las que falta de todo, y no solo la electricidad.
Sin material sanitario suficiente, sin suministro de energía, agua o alimentos la situación es catastrófica y, en palabra de Naciones Unidas, de una devastación sin precedentes. Al tiempo en que los heridos se multiplican en los centros gazatíes, dos hospitales se quedarán sin luz esta misma noche.
La ONU, en este terrorífico escenario denuncia que más de un tercio de hospitales y gran parte de las clínicas de Gaza han detenido su actividad por los bombardeos israelíes o por la falta de combustible, y hoy lanzaba un ultimátum: “Si no conseguimos urgentemente carburante, hoy pararemos todas nuestras operaciones en la Franja de Gaza”.
Israel, por su parte, contestaba a través de un tuit de sus Fuerzas de Defensa: “Estos tanques de fuel están en Gaza. Contienen más de 500.000 litros. Preguntad a Hamás si os dan algo”, escribían en ‘X’, la red social antes conocida como Twitter, desde donde compartían además una fotografía con una vista satelital de los citados tanques.
El Gobierno israelí ha prohibido hasta ahora toda entrada de gasolina en los camiones de ayuda humanitaria; una ayuda que ha entrado por el paso de Rafah y que resulta del todo insuficiente para la ONU, que hoy ha visto como Israel escenificaba una ruptura total a través de una intensa bronca entre el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Durante la sesión, Cohen mostraba un cartel con fotos de algunos de los secuestrados por Hamás, reprochando a Guterres sus palabras después de decir el martes que los "horribles" ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) "no surgieron de la nada".
Desde Tel Aviv consideran que sus declaraciones justifican de alguna forma los ataques del día 7 contra civiles israelíes, y llegan a pedir su dimisión.
En esa línea, de hecho, Israel ha anunciado que “debido a sus palabras” no darán “visados a los representantes de la ONU”.
"Ya hemos rechazado un visado para el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths", señalaba por su parte Gilad Erdan, representante permanente de Israel ante el organismo, evidenciando la tensión existente.