La desaparición de Émile, el niño de dos años que desapareció el pasado 8 de julio en Le Haut Vernet cuando se encontraba al cuidado de sus abuelos, hace ya más de tres meses, continúa siendo un misterio. Sin pistas o resultados que acerquen a resolver caso, su búsqueda, no obstante, ha vuelto a reanudarse en los últimos días apuntando a un lugar concreto: el domicilio de un joven agricultor conocido por delitos menores.
Más de cien días después, los gendarmes franceses inspeccionan concretamente la casa en la que este joven de 17 años vive junto a su madre; una propiedad en la comuna de Vernet.
Aunque todavía no se le considera oficialmente sospechoso, porque aún no ha sido detenido, las autoridades le mantienen en su órbita como posible implicado. Tienen que analizar y escudriñar cada posibilidad porque el caso lleva tres meses resistiéndose, y por eso ahora cobra especial atención que los agentes que investigan lo sucedido hayan centrado su interés en él y las inmediaciones de su vivienda.
“Lo sabemos, aunque él no tuvo nada que ver con esto. ¡Ni siquiera estaba en Haut-Vernet ese día!”, dice su familia, en declaraciones recogidas por Le Parisien.
Si bien no hay nada concluyente y todavía está por ver si esto puede suponer o no un giro en el caso, o simplemente ser parte de otro intento desesperado por hallar pistas de lo que le pasó a Émile, algunos vecinos, sin embargo, no dudan en ver en el joven agricultor el perfil de un “culpable ideal”, tal como recoge el medio francés Gala.
El menor cuenta con una compleja historia familiar, es conocido por su conducción imprudente al volante con sus tractores y, además, cuenta con antecedentes.
Por el momento los agentes evitan revelar demasiada información, asegurando que solo están realizando controles. “Es demasiado pronto para hablar de un sospechoso porque no hay elementos objetivos que lo vinculen”, recoge Le Parisien.
En este punto, todas las hipótesis y vías de investigación parecen continuar abiertas, pero tanto en la pequeña localidad de Le Haut Vernet como en los medios franceses crece la inquietud y la expectación ante estas nuevas inspecciones que van hacia una dirección concreta.