El balance de víctimas por la guerra entre Hamás e Israel continúa ascendiendo sin parar. En la Franja de Gaza, entre bombardeos y escombros, los muertos superan los 2.700, mientras se teme que otro millar de cadáveres permanezcan sepultados en los edificios destruidos; una situación y unas cifras y dramáticas que han llevado al colapso de los cementerios.
Sin espacio para enterrarlos, la acumulación de cuerpos sin vida ha llevado a los ciudadanos a excavar fosas comunes para darles sepultura. La última actualización del Ministerio de Salud palestino apunta que son ya 2.750 los palestinos muertos en la guerra, a los que se refiere como “mártires” en este conflicto.
En el balance, especifican además que 58 palestinos han muerto y más de 1.250 han resultado heridos en Cisjordania, un dato derivado de las operaciones de las fuerzas de seguridad de Israel y de ataques por parte de colonos contra la población palestina en este territorio ocupado.
Además, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), –que ha denunciado la muerte de 14 trabajadores en los bombardeos–, tras el estallido de la guerra son más de un millón las personas desplazadas, lo que equivale a cerca de la mitad de la población de Gaza.
Por su parte, se calcula que son más de 1.400 los israelíes que han muerto, víctimas de los ataques lanzados por Hamás. Concretamente, las autoridades de Israel apuntan que hay 290 militares entre los fallecidos, al tiempo en que han indicado que cerca de 200 personas fueron secuestradas por el grupo terrorista.
Por su parte, Hamás, que continúa realizando asaltos sangrientos a los kibutz israelíes cercanos a Gaza, asegura que algunos de ellos han muerto por los bombardeos del Ejército israelí.