La irrupción de Hamás en un festival de música en el sur de Israel deja, al menos, 260 fallecidos. La masacre deja también a cientos de jóvenes desaparecidos y muchos padres se han concentrado en la comisaría de la ciudad de Lod, cerca del aeropuerto Ben Gurion.
"Vine para rescatar a mi hija, está secuestrada en Gaza. Vi un tiktok donde aparece rodeada de terroristas", ha contado a EFE un padre israelí que pidió el anonimato, explicando que contactó con su hija por última vez mientras la joven de 30 años se encontraba en un festival musical en el desierto del sur de Israel, que celebraba el Sucot, una fiesta judía.
Es solo uno de los padres que buscan a sus hijos tras lo ocurrido en el festival el sábado. Este quedó interrumpido por la sirena de aviso de ataque con misiles e inmediatamente grupos de milicianos armados a bordo de camionetas abrieron fuego en todas direcciones.
Un portavoz de ZAKA, un grupo de voluntarios que se ocupa de recuperar los restos humanos tras ataques y otros desastres, ha confirmado a medios israelíes que hasta ahora se han recogido más de 260 cuerpos del lugar, situado cerca del kibbutz Reim, en el sur de Israel y próximo a Gaza.
Otros jóvenes están desaparecidos. Muchas fueron violadas, otros permanecen secuestrados por Hamás. Entre ellos, hay varios ciudadanos de otras nacionalidades como el británico Jake Marlowe, que participaba en la seguridad del evento, o la alemana Shani Louk. Algunos, como en el caso del padre que pide el anonimato o la madre de Shani Louk han podido ver a través de vídeos en Internet como miembros de Hamás se llevaban a sus hijos.