En un trágico incidente, un niño de 11 años perdió la vida debido a una reacción alérgica. El niño, llamado Oakley Debbs, estaba de vacaciones con su familia en el noreste de Estados Unidos en 2016 cuando ocurrió la tragedia.
La situación comenzó cuando Oakley ingirió un trozo de pastel que contenía nueces, lo cual desconocía. Después de comerlo, inmediatamente expresó su preocupación por haber comido una nuez, lo que alertó a su madre, Merrill Debbs.
Inicialmente, Oakley parecía estar bien y no presentaba síntomas evidentes de una reacción alérgica, lo que llevó a su madre a administrarle medicamentos antialérgicos de venta libre como medida de precaución. Se duchó y se preparó para ir a la cama, pero aproximadamente una hora y media después de haber comido el pastel, su condición empeoró. Con el tiempo, comenzó a quejarse de dolor de estómago.
Comenzó a vomitar y se quejó de que su garganta se estaba cerrando.
"Se sienta, erguido", dijo Merrill Debbs. "Tiene los ojos grandes. Corre al baño y vomita ganancia. Pero esta vez la diferencia es que sus ojos empiezan a hincharse y dice: 'mi garganta, mi garganta, mi garganta'. Su garganta empieza a cerrarse. Me dice que llame al 911. Eso fue lo último que me dijo", recuerda su madre.
Desafortunadamente, Oakley entró en muerte cerebral antes de que llegaran los paramédicos para administrarle epinefrina, que la madre no tenía.
La falta de este tratamiento estándar para casos graves de reacciones alérgicas en ese momento resultó en la trágica pérdida del niño. Aunque la epinefrina logró detener la reacción alérgica, el paro cardíaco prolongado impidió que suficiente oxígeno llegara al cerebro de Oakley.
"Es una historia dura", dice, secándose las lágrimas. "Espero que alguien más me escuche, oiga esta historia y decida preparar un plan de emergencia para su hijo", afirma.
Merrill cree que esto podría haber ayudado a salvar la vida de Oakley. Tenía antecedentes de asma y le habían diagnosticado alergia a los frutos secos, por lo que, según ella, evitaban los productos con frutos secos.
En medio del dolor y la tristeza que rodean la pérdida de su hijo, Merrill ha convertido su experiencia en una llamada de atención para otros padres. Fundó la organización "Red Sneakers for Oakley" para aumentar la conciencia sobre las alergias alimentarias y honrar la memoria de su hijo, quien tenía una predilección por los zapatos deportivos rojos.
Aunque han pasado casi siete años desde la trágica pérdida de Oakley, el impacto de su muerte sigue siendo profundo. Merrill aboga por una mayor financiación de la investigación sobre alergias alimentarias y también promueve la creación de una guía de recursos en línea, así como requisitos uniformes de capacitación y políticas escolares en relación con las alergias alimentarias en todo el estado, según detalla NBC Miami.