La justicia a veces se equivoca. Un tribunal de Londres ha anulado la condena contra un hombre que ha pasado 17 años, preso por una violación que no cometió. Andrew Malkinson, de 57 años ha confirmado su inocencia, gracias a varias pruebas de ADN que vincularon a otro potencial sospechoso con el crimen.
El Tribunal de Apelaciones exoneró a Malkinson de la violación de una mujer en Manchester en 2003 por la que fue condenado a cadena perpetua, con un mínimo de siete años. Este persistió durante años en su inocencia recurriendo a todas las instancias que cometieron errores al no comprobar los restos de ADN que había en la escena del crimen, según ha publicado SkyNews.
El abogado de Malkinson que ha defendido su inocencia, Edward Henry ha explicado al tribunal británico este miércoles que este hombre pasó tanto tiempo en la cárcel, porque “se negaba a confesar falsamente por crímenes abominables que no había cometido”.
En el juicio que lo llevó a la cárcel, no fueron presentadas pruebas de ADN que lo vincularan con el crimen y el caso en su contra se basó en otros tipos de evidencias.
“Llegué a la comisaría en 2003 y les dije a los agentes que era inocente. No me creyeron. Llegué a la corte en Manchester en 2004 y le dije a los jueces que era inocente. No me creyeron. Llegué a este tribunal de apelaciones en 2006 y les dije que era inocente. No me creyeron. Me presenté ante la Comisión de Revisión de Casos Penales, que se supone que debe investigar los errores judiciales, y les dije que era inocente. No investigaron y no me creyeron”, ha denunciado Andrew Malkinson ante los medios.
Ahora, el caso de Malkinson fue remitido una vez más a la corte por la Comisión de Revisión de Casos Penales, luego de que se consiguieran pruebas de ADN obtenidas recientemente y que vinculan a otra persona con el crimen.
Las ropas que vestía la víctima habían sido “destruidas” por la policía del Gran Manchester, pero las muestras de ADN, por suerte, se habían conservado durante años, aunque no fueron destacadas en el juicio que se adelantó inicialmente en contra del hombre por un error en la anotación de un médico.
El abogado de Malkinson ha subrayado que este es un caso histórico, pero también una injusticia histórica” por las fallas de divulgación graves y repetidas durante los procedimientos que socavaron la posibilidad de un juicio justo.
La defensa de este hombre, ha argumentado que una serie de fotografías que fueron tomadas poco después del ataque y que fueron archivadas en carpetas documentos que no salieron a la luz durante muchos años, respaldaban la evidencia de que la víctima arañó en la cara a su agresor y por eso se había roto una uña de la mano izquierda, una herida que no aparecía en el rostro de Malkinson.
Otro de los factores influyeron de forma determinante en la sentencia condenatoria de Malkinson fue la declaración de dos testigos oculares, considerada por el juez, a pesar de que ambos sujetos tenían antecedentes policiales por delitos como abuso de drogas.