Al menos 51 ballenas piloto han fallecido tras haber varado en la playa de Cheynes, Australia. En estos momentos, las autoridades han podido confirmar que están "realizando un gran esfuerzo" para ayudar a reflotar a otras 46 ballenas varadas que permanecen vivas. Un suceso que recuerda al vivido en Nueva Zelanda hace menos de un año, cuando 250 ballenas piloto aparecieron muertas en una playa de las islas Chatham.
Los hechos se produjeron el pasado martes a las 16.00 hora local, cuando varios de estos cetáceos acabaron varando en la mencionada playa, y en su ayuda tuvo que acudir un equipo de funcionarios gubernamentales; entre ellos, agentes de Policía, además de otros 50 voluntarios.
"La gente está intentando asegurarse de que los animales permanezcan mojados, y luego un veterinario hará una evaluación del estado del animal mientras está junto al agua antes de que consideremos trasladarlo a aguas más profundas. (Sería preferible) intentar ponerlos a todos en el agua a la vez, para intentar evitar que los animales vuelvan a varar", señaló el portavoz del Gobierno sobre Vida Salvaje, Jeremy Friend.
Friend lamentó que las condiciones meteorológicas poco favorables dificultaran las labores de rescate, las cuales favorecen el riesgo de hipotermia, además de que existe una posible amenaza de tiburones. Algunas de las dificultades adicionales que plantea el rescate es que algunas ballenas regresan a la orilla tras ser devueltas al mar.
Por este motivo, las autoridades han decretado un cierre temporal en la playa, y han asegurado que por el momento cuentan con suficientes voluntarios.
Rebecca Wellard, científica e investigadora de mamíferos marinos, ha asegurado que, a pesar de que se desconocen los motivos por los que las ballenas acaban varando en las costas, se cree que podría deberse a sus estructuras sociales, muy cohesionadas. "Están muy unidas en sus grupos, de modo que si hay un animal enfermo, los demás pueden encallar con él. Si hay problemas de navegación, pueden seguirse unos a otros", ha explicado Wellard.
Sin embargo, este varamiento en particular podría haberse producido por la presencia de orcas en el mar, según explican algunos científicos.