La agresión rusa contra Ucrania se prolonga ya durante 500 días. Una cifra redonda y dramática, a la que no se le ve el final. Quinientos días de guerra, con decenas de miles de muertos por cada bando, aunque las cifras de bajas son alto secreto para cada país. Vladimir Putin ha llegado a este momento debilitado por el reciente ‘putsch’ de Yevgueni Prigozhin, el propietario de la compañía de mercenarios ‘Wagner’. El golpe fallido de Prigozhin duró menos de 24 horas, pero evidenció las terribles carencias del ejército ruso y cierta debilidad de Putin, hasta ahora desconocida. Las columnas de ‘Wagner’ avanzaron casi setecientos kilómetros hacia Moscú sin encontrar resistencia y solo se retiraron después de un extraño giro de los acontecimientos, que terminó con Prigozhin refugiado en Bielorrusia. “Hay muchas cosas que desconocemos”, comenta para Nius el teniente general Gan Pampols, “pero lo cierto es que el intento de golpe se resolvió en menos de 24 horas y sin derramamiento de sangre. Si Putin consiguió parar el golpe y sobrevivir, tiene muchas posibilidades de seguir en el poder”.
Durante esas horas inciertas, todas las partes en conflicto comenzaron a calcular la probabilidad de que el presidente ruso cayera y se derrumbase con él su maquinaria de guerra. O, por el contrario, que tomasen el mando fuerzas todavía más temibles, más incontrolables, como los duros de ‘Wagner’. No en vano, el líder y propietario de esta milicia, Yevgueni Prigozhin, medró desde un puesto de salchichas hasta las más altas esferas del poder ruso gracias a su falta de escrúpulos y obtuvo regalías del propio Putin que, finalmente, quiso utilizar contra él. Una de esas concesiones, ante la necesidad de reclutamiento rápido para el frente, fue la contratación de convictos en las cárceles rusas. Lo peor de lo peor, criminales y neonazis, soldados de fortuna lanzados como carne de cañón contra las líneas ucranianas. La llegada de estas fuerzas al Kremlin, sobre las alas de su líder, hubiera sido todavía peor, posiblemente, que el mantenimiento de Putin.
“Pero Putin ha logrado mantenerse”, reitera Gan Pampols en su análisis en el videopodcast de Nius “A ver si me he enterado”. Según el teniente general, “los esfuerzos ucranianos no están consiguiendo doblegar a Rusia. Y, pese a ello, Ucrania necesita aprovechar este momento y empujar para demostrar a sus aliados que el apoyo económico, logístico y militar que está recibiendo le está permitiendo lograr algún avance”.
Como en una sangrienta partida de ajedrez, ¿estaríamos ante unas tablas sobre el gran tablero ruso? Las recientes palabras del presidente español, Pedro Sánchez, al hacerse cargo de la presidencia semestral de la Unión Europea, son una manera de mantener la tensión y el apoyo, ya sin disimulo. “Europa estará con Ucrania hasta la victoria final”, dijo Sánchez en Madrid, en presencia de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y de todos los mandatarios de la Unión. “¿Qué es la victoria?”, se pregunta el teniente general Gan Pampols en esta conversación con Miguel Ángel Oliver, en la que analiza el papel de Wagner y otros grupos paramilitares en el conflicto. Y concluye con un punto de ironía histórica: “La victoria es un concepto que va cambiando con el curso de la guerra. Que se lo digan a Gran Bretaña al término de la Segunda Guerra Mundial”.