Oceangate suspende sus operaciones comerciales. La tragedia del Titán, la última inmersión de la compañía que terminó con la muerte de todos sus tripulantes ha provocado el cierre a los viajes al fondo del mar para ver los restos del Titanic. Así lo informa en un escueto mensaje escrito en rojo, colocado en letras pequeñas en la parte superior de su web.
A pesar de ese mensaje, la Oceangate sigue ofreciendo reservaciones con la promesa de "salir de la rutina y descubrir algo verdaderamente extraordinario. Conviértete en uno de los pocos en ver el Titanic con tus propios ojos".
Los interesados en emociones fuertes, que ignoren lo ocurrido, pueden reservar puesto en algunas de las expediciones para el próximo año, disponibles en el apartado específico, en el que sigue programada una inmersión en Las Bahamas y en aguas de las Azores.
Todo en la web de Oceangate está inalterable, pocas semanas después de que del Titán solo aparecieran restos por una posible implosión. Los vídeos entusiastas en los que aparecen los trabajadores y especialistas, entre risas y brindis, siguen colgados, como si nada hubiera pasado. En las imágenes se ve al pequeño sumergible flotar, moverse, algo macabro si se conoce cómo acabó todo.
El pequeño sumergible de Oceangate implosionó en su último viaje con cinco pasajeros a bordo, dejando conmocionados a medio planeta que ha seguido la tragedia. Los viajeros, con sus historias humanas, habían pagado 250.000 dólares por ver los restos del Titanic y la empresa con un breve mensaje que hay que rebuscar advierte que por el momento no será posible.