La investigación del fatal desenlace por implosión del sumergible que le ha costado la vida a cinco turistas de lujo en aguas del Atlántico Norte podría llevar hasta dos años. El Titán llevaba operando desde 2021 y en este tiempo había tenido 46 pasajeros para ver de cerca los restos del Titanic. Sus cinco fallecidos han sido homenajeados en dos de los principales museos sobre el transatlántico que hay en EEUU.
El aventurero británico Hamish Harding, así como Shahzada y Suleman Dawood murieron a bordo del sumergible, junto con el director ejecutivo de la empresa responsable del buque, Stockton Rush, y el ciudadano francés Paul-Henri Nargeolet. Sus cuerpos aún no han sido hallados.
Los museos del Titanic en Pigeon Forge, Tennessee, y en Branson, Missouri, han incluido los nombres de los cinco fallecidos en el mural de las más de 15000 víctimas de la tragedia de 1912. Un segundo naufragio, en este caso submarino, que añadir a un hundimiento que, un siglo después, sigue cautivando al mundo.
El sumergible Titán se dirigía al lugar donde se encuentra hundido el Titanic, a unos 600 kilómetros de la costa de Newfoundland, en Canadá, a una profundidad de 3 800 metros bajo la superficie marina. Perdió contacto con el operador turístico una hora y 45 minutos después del descenso de dos horas hasta los restos del naufragio, y se informó que la embarcación había desaparecido ocho horas después de que se perdiera la comunicación.
El jueves Guardia Costera de Estados Unidos confirmó que un vehículo operado por control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) localizó fragmentos del sumergible en el área donde se buscaba al aparato, que habría sufrido “una catastrófica implosión”.
La recopilación de información continúa para determinar las causas y la hora del accidente, así cómo la búsqueda para localizar los cuerpos de los cinco miembros de la expedición. No obstante, reconocen que esta será una tarea complicada debido a las "implacables" condiciones naturales de la zona.