Guillermo Söhnlein, cofundador de OceanGate, la empresa propietaria del Titán, ha defendido la seguridad del sumergible que implosionó con cinco personas a bordo de las críticas de los últimos días tras la tragedia.
En declaraciones a la BBC, Söhnlein ha defendido los “14 años de desarrollo del sumergible Titán” y arremetió contra quienes como James Cameron ha criticado su seguridad. “La gente sigue equiparando la certificación con la seguridad”, ha señalado. Cabe destacar que Söhnlein fundó en 2009 OceanGate con Stockton Rush, fallecido en la tragedia. Hace diez años dejó la empresa, pero mantiene una participación minoritaria.
La empresa ha recibido críticas por no haber sometido al Titán a una certificación de seguridad de seguridad por otra compañía. “No estuvieron allí en el diseño del sumergible, durante la ingeniería del sumergible, durante su construcción y, definitivamente, no estuvieron durante el riguroso programa de pruebas que pasó”, ha justificado.
Ha defendido que fue un “programa de desarrollo de tecnología de 14 años” y “muy sólido”, que ha llevado a cabo expediciones científicas al Titanic con éxito en los últimos tres años.
No obstante, "cualquiera que opere en esa profundidad del océano, ya sean sumergibles aptos para humanos o sumergibles robóticos, sabe el riesgo de operar bajo tal presión y que en cualquier momento dado, en cualquier misión, con cualquier embarcación, corre el riesgo de este tipo de implosión".
Se ha referido así a las declaraciones de personas como el cineasta James Cameron, que se ha sumergido en 33 ocasiones para ver el Titanic. Este confesó que antes de la tragedia, cuando supo que iban a hacer el sumergible con un casco que combinaba fibra de carbono y titanio pensó que “era una idea horrible". "Ojalá hubiera hablado, pero asumí que alguien más listo que yo lo haría”, lamentaba, explicando que "la fibra de carbono no puede soportar la enorme presión del agua a esas profundidades".
Él, tal y como confirmó OceanGate y la Guardia Costera de EEUU días después, supo el lunes que habían perdido a los "camaradas" tras conocer que se había registrado una explosión y que se habían perdido simultáneamente las comunicaciones y el transpondedor, que ayudaba a la nave nodriza a seguir la ubicación del Titán.
A bordo del sumergible viajaban el fundador de la compañía que organizaba expediciones, Stockton Rush, el empresario y aventurero británico Hamish Harding, el explorador francés Paul Henry Nargeolet, el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman.