Chris Brown, un hombre de 61 años, estuvo a punto de embarcarse en el Titán, el sumergible en el que al implosionar cerca del Titanic, en aguas del Atlántico, que perdieron la vida cinco personas: el fundador de la compañía OceanGate Expeditions, Stockton Rush, el empresario y aventurero británico Hamish Harding, el explorador francés Paul Henry Nargeolet, el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman.
A última hora decidió no hacerlo. El hombre no subió en el sumergible. El multimillonario, que llegó a pagar una fianza por el viaje, pidió que le reembolsasen su dinero: “Les envié un correo electrónico y les dije: 'Ya no puedo continuar con esto'. Pedí un reembolso después de estar menos que convencido”. Había pagado un 10 por ciento de 80 000 libras (en euros, 93 046), que por entonces costaba el viaje, un precio que luego se duplicó.
Así lo ha declarado al medio británico 'The Sun' el hombre, amigo de Hamish Harding, fallecido en el sumergible y con quien había decidido para una fianza para el viaje tras pasar con él unas vacaciones en la isla privada del Richard Branson.
En 2018, viajó a las Bahamas para ver parte de las pruebas del sumergible y cuenta que algunas partes le parecieron “chapuceras” y estaba preocupado por la calidad de la tecnología y los materiales utilizados por OceanGate Expeditions. Especifica que, en un ensayo, un rayo hizo estallar todos los componentes electrónicos.
Entre otras cosas que le sorprendieron, cuenta, está la forma de controlar el sumergible, similar al dispositivo que se usa para los videojuegos. Además, detalla, “descubrí que usaban viejos postes de andamios para el lastre del submarino”.
“Fui una de las primeras personas en inscribirse en este viaje con OceanGate mientras se desarrollaba el sumergible", narra. Pero, en años siguientes, descubrió que OceanGate no había alcanzado objetivos clave mientras realizaban pruebas de profundidad en Titán.
Así las cosas, “aunque no soy de los que evitan el riesgo”, pensó que “los riesgos eran demasiado altos en este caso”.
El Titán desapareció el domingo a unos 700 kilómetros de la costa de Newfoundland. Perdió el contacto con la superficie menos de dos horas después de iniciar la inmersión hacia el transatlántico de lujo 'Titanic'. Este se encuentra a unos 600 kilómetros de la costa de Newfoundland, en Canadá, a una profundidad de 3 800 metros bajo la superficie marina. Su naufragio se produjo en 1912 y se saldó con más de 1 500 fallecidos, aunque los restos del pecio no fueron localizados hasta 1985.
La Guardia Costera de Estados Unidos confirmó el jueves que un vehículo operado por control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) localizó fragmentos del sumergible en el área donde se buscaba al aparato, que habría sufrido “una catastrófica implosión”.
La recopilación de información continúa para determinar las causas y la hora del accidente, así cómo la búsqueda para localizar los cuerpos de los cinco miembros de la expedición. No obstante, reconocen que esta será una tarea complicada debido a las "implacables" condiciones naturales de la zona.