La Fiscalía de Pensilvania, según ha informado el Departamento de Justicia de EEUU, ha acusado a Cedric Lodge, de 55 años, exdirector de la morgue de la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, la más prestigiosa del mundo, por robar y vender restos de cuerpos humanos donados para investigación médica.
Además de Lodge, la acusación también se dirige a su esposa, Denise, de 63 años, y a otras tres personas: Katrina Maclean, de 44 años, Joshua Taylor, de 46, y Matthew Lampi, de 52. Por otra parte, la reacción de un joven con parálisis cerebral, que fue aceptado en Harvard, se hizo viral.
La investigación sugiere que, entre 2018 y principios de este año, Lodge, que fue relegado de sus funciones el pasado mayo, aprovechó su libre acceso a la morgue universitaria para sustraer partes diseccionadas de los cadáveres, algo de lo que Harvard no tenía conocimiento.
Dichos cuerpos son empleados tan sólo con fines educativos y de investigación, según indica la web Redacción Médica. Una vez incinerados, las cenizas son devueltas a la familia o llevadas a un cementerio para recibir sepultura.
En ocasiones, Lodge supuestamente llevó los restos robados a su domicilio para venderlos a Maclean, Taylor y Lampi, entre otros. Los inspectores, señalan los documentos judiciales, descubrieron que la pareja envió restos humanos a través de correo postal a otros lugares del país.
Además, Cedric también habría permitido que Katrina y Joshua entraran en la morgue de Harvard para examinar los cadáveres y elegir qué comprar. El matrimonio se presentó este pasado miércoles en una corte federal de Concord, en New Hampshire, para escuchar los cargos.
Del mismo modo, MacLean acudió a una audiencia en una corte de Boston, donde la Fiscalía detalló que la acusada aceptó comprar a Lodge "dos caras diseccionadas por 600 dólares (unos 550 euros)" en octubre de 2020, informó la cadena televisiva CBS.
Desde la institución académica lamentan profundamente lo sucedido y lo califican como una "abominable traición". En un comunicado, del que se hace eco el citado medio especializado, los decanos George Daley y Edward Hundert reconocen que "estamos consternados" tras enterarnos de que "algo tan inquietante haya podido ocurrir en nuestro campus, una comunidad dedicada a curar y servir a los demás".
"Los incidentes denunciados son una traición a la facultad y, lo que es más importante, a cada una de las personas que de manera altruista eligieron donar sus cuerpos para avanzar en la educación médica y la investigación", concluye el escrito, no sin antes subrayar que la Universidad de Harvard está cooperando con la Policía para resolver satisfactoriamente el caso.