El caso de Madeleine McCann ha vuelto a ser noticia casi 16 años después. Después de lo ocurrido con Julia Faustyna -se descartó que la joven polaca fuera la niña británica-, los padres de la menor, Gerry y Kate, han querido hablar de nuevo sobre lo que pudo suceder aquella noche del 3 de mayo de 2007.
Madeleine Beth McCann, nombre de pila de la niña de Leicester (Inglaterra), desapareció de su cama en un apartamento de vacaciones en un complejo turístico de Praia da Luz, en la región de Algarve, en Portugal. Desde que transcurrieron los hechos, se han presentado numerosas incógnitas. Las autoridades incluso pusieron el foco sobre los propios progenitores, que tenía tres años cuando se le perdió la pista.
Kate y Gerry fueron considerados en el caso como "sospechosos" por la desaparición entre septiembre de 2007 y julio de 2008. No obstante, poco después, la investigación se centró en Christian Brueckner, un hombre alemán que estuvo cerca del lugar del crimen en la fecha de autos. Fue acusado como presunto asesino de la pequeña, pero los detalles de lo que realmente sucedió siguen sin estar claros. Él ha negado su implicación. No hay información que haya determinado que fue él quien secuestró a la niña, así como del paradero de la pequeña.
La niña desapareció después de que sus padres la dejaran en la cama. Estaba durmiendo junto a sus hermanos. Su madre, Kate McCann, ha asegurado ahora que hubo un detalle que pudo ser crucial en el caso. Está convencida de que el presunto secuestrador -o secuestradores- supieron que la niña y sus hermanos estaban solos en la habitación del hotel gracias al libro de reservas del restaurante 'Ocean Club', dentro del complejo turístico, informa 'The New York Post'.
Los padres habían ido con unos amigos a cenar a este restaurante. Se iban turnando entre ellos para acercarse al apartamento y comprobar cómo estaban los pequeños. Pero cuando Kate se acercó, vio que Madeleine no estaba. La mujer asegura que, tras la desaparición de la menor, descubrió que el libro de reservas estaba abierto y, por tanto, cualquier persona que se acercara en un momento en que el personal no estuviera cerca podía ver los detalles y descubrir que allí había unos niños solos en una habitación del hotel. Siempre pidieron cenar en la misma mesa, porque era el punto del local más cercano a la habitación en cuestión, algo que ya destacó en el libro 'Madeleine: Our Daughter's Disappearance and the continue search for her'.