Ucrania ha recordado este viernes a los miles de muertos de la agresión rusa y ha rendido homenaje a los soldados caídos en combate. El presidente Volodímir Zelenski, personalmente, ha condecorado a muchos de los héroes y a sus familias. El mandatario ucraniano se ha mostrado optimista y cree pueden ganar la guerra. Esta tarde ha asegurado que, si los aliados hacen su trabajo, la victoria es inevitable y que espera ver a Vladímir Putin sentado en el Tribunal de La Haya.
Volodímir Zelenski ha insistido en que Ucrania "no se va a rendir jamás". "Ganaremos", ha insistido el mandatario, que ha afirmado que este 2023 será el año de la victoria, de mantener el apoyo firme desde Occidente. El presidente ucraniano ha dejado claro que no se sentará a negociar mientras los misiles rusos "sigan matando a inocentes". Solo espera, como decíamos, que el líder del Kremlin rinda cuentas algún día ante la justicia internacional.
"Hoy, hace un año, comenzó el día más largo de nuestras vidas. Nos despertamos temprano y no nos hemos dormido desde entonces". Así arrancaba el discurso de anoche el presidente ucraniano ante el pueblo, doliente de la guerra. El coste de resistir y defender su identidad nacional, su orgullo y su voluntad de dependencia está siendo incalculable.
El homenaje a los caídos en la plaza de la Catedral de Santa Sofía, en Kiev, ha sido imponente. Solemne entrega de medallas y banderas que reciben heridos, familias y soldados. Zelenski llora por todos los héroes de Ucrania. "Este es el año de la victoria", augura el presidente, al tiempo que compartía imágenes del conflicto.
Un año de dolor, tristeza y unidad en el que Ucrania se ha mantenido "invencible". Un año de pie, una resistencia casi soviética, esa es la la gran victoria ucraniana. El presidente se emociona con las notas del himno, consciente del sacrificio de miles de ciudadanos y del respaldo internacional. Y lanza una advertencia: espera que China que no envíe armas a Rusia. Ese comportamiento, advierte, podría derivar en una Tercera Guerra Mundial.