La guerra de Ucrania cumple un año sin un final a la vista. La contienda afronta uno de los momentos de mayor incertidumbre: Rusia ha amenazado a Occidente con sus fuezas nucleares, aunque no se prevé que recurra a ellas, por lo menos a corto plazo, mientras que los países europeos tratan de seguir ayudando a las tropas de Volodímir Zelenski con carros de combate y munición, algo que escasea en ambos bandos. Los combates se han recrudecido durante las últimas semanas en el este del país, especialmente en el Dobás, en localidades como Bajmut.
Hay temor de que las milicias rusas lancen misiles a varios puntos del país, como Kiev y sus alrededores, un año después de que la guerra a gran escala regresara a Europa por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Hace unos días, en el discurso a la nación de Vladimir Putin, el líder del Kremlin señaló que "Occidente empezó la guerra, pero Rusia es invencible". El mandatario, no obstante, dice estar abierto al "diálogo sincero" por la "seguridad de todos", pero todo este tiempo se ha visto que sus palabras tienen pies de barro. Se ha comprobado con las declaraciones de alto el fuego, con los corredores humanitarios o con las cientos de miles de víctimas que han provocado sus armas, proyectiles y soldados.
Vladímir Putin pasará a la historia por iniciar el 24 de febrero de 2022 la invasión rusa de Ucrania, un conflicto que precede de las diferencias y los enfrentamientos en Crimea en 2014, así como en otros territorios, como la República Popular de Donetsk y de Lugansk. Según los informes, la contienda ha dejado ya más de 180.000 soldados muertos o heridos en el bando ruso y a unos 100.000 en el bando ucraniano, además de 30.000 civiles fallecidos. Se han vivido situaciones de todo tipo: ataques a edificios con numerosos ciudadanos en el interior, familias llorando en plena calle a sus seres queridos muertos, aeropuertos en llamas, plantas nucleares en peligro, millones de desplazados, menores despidiéndose de sus padres o secuestrados en medio del drama... Hablamos de una guerra que afecta al planeta, a pesar de que algunos le hayan restado importancia por estar a 3.000 kilómetros.
Preludio (hasta el 23 de febrero de 2022)
Ucrania, una exrepública soviética independizada en 1991, mantiene una difícil relación histórica con su vecina Rusia, y en las últimas décadas se ha acercado a la Unión Europea y la OTAN, una organización militar formada en 1949 para contrarrestar a la Unión Soviética. En 2014, Rusia invadió y anexó la península de Crimea, parte del territorio de Ucrania, y meses después rebeldes prorrusos se levantaron en el este del país, formando las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk apoyadas por Moscú, dando inicio a una guerra civil que aún persiste.
La llegada al poder del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, cercano a Occidente, en 2019, dio inicio a una nueva ola de tensiones. A finales de 2021, Rusia comenzó a desplegar soldados, vehículos y aviones en la frontera con Ucrania antes de la invasión. Moscú mencionó la expansión de la OTAN en Europa del Este como una de las principales causas de la escalada. En enero de 2022, los soldados del Kremlin aparecieron en Bielorrusia para realizar supuestos "ejercicios militares". Ante las sospechas, EEUU comenzó a otorgar ayuda a Ucrania para su seguridad. Funcionarios rusos negaron intentos de invasión el 20 de febrero.
EEUU advirtió al Kremlin de sanciones económicas "rápidas y severas" en caso de invadir Ucrania. Pero el 21 de febrero de 2022, Rusia reconoció oficialmente las dos regiones separatistas en el este de Ucrania, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, que desde 2014 eran estados independientes, y desplegó tropas en Donbás, en un movimiento interpretado como la retirada efectiva del país del Protocolo de Minsk, unos acuerdos que Vladímir Putin declaró inválidos el 22 de febrero, cuando el Consejo de la Federación rusa autorizó el uso de la fuerza militar en estos territorios. En la mañana del 24 de febrero, Putin anunció que Rusia estaba iniciando una "operación militar especial" en Donbas y lanzó una invasión a gran escala en toda Ucrania (desde el norte, sur y este).
Fase 1: invasión inicial (24 de febrero - 7 de abril)
Rusia lanzó una invasión militar de Ucrania. Este intervalo abarca desde aquella fecha hasta el 7 de abril de 2022, cuando los combates se concentraron lejos del noreste y Kiev y hacia el sur y el este de Ucrania.
El 24 de febrero saltaron todas las alarmas alrededor del mundo. Los soldados rusos comenzaban a entrar en Ucrania por varios puntos y había temor de que Kiev fuera atacada. Comenzaban a sonar las alarmas en la capital ucraniana, así como en otros puntos, y la tensión iba cada vez a más. Vladímir Putin anunció que Rusia buscaba con la "operación militar" la "desmilitarización" y "desnazificación" de Ucrania y que "toda responsabilidad por un posible derramamiento de sangre" recaería en la conciencia del Gobierno de Volodímir Zelenski. La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea consideró que toda el área era una zona de conflicto activo. El espacio aéreo sobre Ucrania se restringió al tráfico aéreo no civil.
Minutos después del anuncio de Vladímir Putin, se reportaron explosiones en Kiev, Járkov, zonas del Donbás y Odesa. Los soldados rusos no paraban de llegar, así como las filas de vehículos militares. Además, lanzaban misiles balísticos y de crucero a aeródromos, cuarteles militares y depósitos militares ucranianos. El Kremlin tenía previsto llevar a cabo la invasión en apenas una semana y hubo gran temor por la caída de la capital. La Inteligencia de EEUU apuntó que Kiev pudo ser derrotada en las primeras 96 horas.
La Fuerza Fronteriza de Ucrania informó de ataques en las regiones de Lugansk, de Sumy, de Járkov, de Chernígov, de Zhitómir, así como de Crimea. El objetivo de Vladímir Putin era rodear Kiev. Comenzaron los bombardeos a edificios con civiles muertos, así como a colegios, museos y otras entidades oficiales que quedaron totalmente destruidas con los misiles. Los momentos de pánico, horror y miedo solo acababan de empezar. Las familias querían salir de aquel escenario. Las estaciones de tren empezaron a abarrotarse y los refugiados se empezaron a contabilizar desde el primer día, cuando anunció Vladímir Putin la invasión. Volodímir Zelenski proclamó la ley marcial y aseguró que defenderían al país hasta la muerte.
El 25 de febrero se recrudecieron los intensos combates. Las tropas rusas intentaban rodear Kiev y avanzaban hacia Járkov, pero sus intenciones se vieron frustradas por la resistencia ucraniana. Las operaciones rusas en el este y el sur fueron más efectivas. Cuando las tropas rusas se acercaron a Kiev, incluso Volodímir Zelenski pidió a los residentes que preparasen cócteles Molotov y "neutralizar" al enemigo. En este momento comenzó a circular el rumor de que la vida del presidente ucraniano corría peligro (le perseguían las fuerzas especiales, Spetsnaz) y EEUU le ofreció salir del país y formar gobierno en el exilio, pero él lo rechazó. El Ministerio de Defensa declaró que las fuerzas invasoras habían entrado en el distrito de Obolón y estaban a unos nueve kilómetros del Parlamento de Ucrania. Mientras, "13 héroes ucranianos" fueron asesinados en la Isla de las Serpientes.
El presidente de Ucrania acusó a Rusia de atacar edificios y estructuras civiles. Había mucha tensión. El Pentágono advirtió que Rusia había enviado a Ucrania solo el 30 por ciento de los 150.000 a 190.000 soldados que había concentrado en la frontera, pero las milicias no avanzaban tan rápido como esperaban e incluso tuvieron que comenzar a retroceder en la capital ucraniana. El 26 de febrero se registraron durísimos combates durante la noche al sur de Kiev. El Estado Mayor ucraniano informó que un caza Su-27 ucraniano había derribado un avión de transporte ruso Il-76 que transportaba paracaidistas cerca de la ciudad. Era uno de los numerosos enfrentamientos. Volodímir Zelenski, que había rechazado la oferta de salir al exilio, pidió armas y munición para sus tropas.
El alcalde Klitschko de Kiev impuso un toque de queda desde las 17:00 horas del sábado hasta las 08:00 horas del lunes. Las conexiones a Internet se interrumpieron en partes de Ucrania, particularmente en el sur y el este. Las imágenes del conflicto en redes sociales se sucedían desde el inicio de la invasión. Rusia vio frustrados sus intentos de apoderarse de Chernígov y Járkov por la resistencia ucraniana y se centró en Kiev. En el sur, tomó Berdiansk y amenazó con rodear Mariúpol. Reino Unido informó entonces de que las fuerzas rusas enfrentaron escasez de gasolina y combustible diesel, lo que provocó que los tanques y vehículos blindados se detuvieran y ralentizaran su avance. Razman Kadyrov, jefe de la República de Chechenia, anunció que sus tropas también se habían desplegado en Ucrania con el objetivo de asesinar a Volodímir Zelenski.
El 27 de febrero se registraron ataques a gaseoductos, a depósitos de petróleo, así como a numerosas estructuras y edificios civiles. Los intensos combates se centraban en numerosos puntos del país. Los bombardeos eran notables: en Járkov rescataron a 80 personas con vida de un edificio residencial de nueve pisos atacado por artillería rusa. En esta región comenzaron las batallas en la calles y el centro de la ciudad. Las tropas rusas avanzaron y tomaron algunas localidades, como Kupiansk. En un discurso televisado, Putin ordenó "poner las fuerzas de disuasión del ejército ruso en un modo especial de servicio de combate", en respuesta a lo que calificó de "declaraciones agresivas" de los miembros de la OTAN, que habían criticado y repudiado la invasión.
El 28 de febrero se notificó que el Grupo Wagner también se había unido al bando ruso tras viajar desde África. Rusia intensificó los ataques en los aeródromos y centros logísticos de Ucrania, especialmente en el oeste, para evitar el reabastecimiento de las tropas ucranianas. Se anunció la muerte de altos cargos rusos en el campo de batalla. Kiev dijo que el Kremlin estaba usando bombas termobáricas.
El 1 de marzo el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, anunció que el país no se uniría a la guerra. Los ataques de Rusia se registraron en todo tipo de edificios, incluso hospitales. Mariúpol fue bombardeada "implacablemente", con "decenas" de bajas entre civiles. Pero un día después, las fuerzas ucranianas pasaron a la ofensiva por primera vez en el conflicto y los invasores tuvieron que retroceder. Las tropas del Kremlin se hicieron con Jersón y dieron paso a su ocupación militar, tanto de la ciudad como la región. Los ciudadanos que se habían podido ir del país sobrevivían como podían, mientras eran sometidos. El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, acusó a la OTAN de querer iniciar una guerra nuclear y advirtió que "la Tercera Guerra Mundial sería destructiva".
El 3 de marzo se celebró una segunda ronda de conversaciones y se acordó la apertura de corredores humanitarios para la evacuación de civiles. Volodímir Zelenski pidió conversaciones directas con Vladímir Putin, siendo esta "la única forma de detener" la guerra. Además, anunció que llegaron los primeros voluntarios contra las fuerzas rusas y que comenzaban a llegar las armas de los países occidentales. Un día después, el 4 de marzo, la planta nuclear de Zaporiyia se vio amenazada: un proyectil golpeó una zona y provocó un incendio en un edificio que no contenía reactores. También quedó dañada y posteriormente ocupada la central eléctrica. El convoy ruso que trataba de acceder a Kiev se situaba entonces a 24 kilómetros de la capital. El 6 de marzo se anunciaron las primeras sanciones económicas a Rusia por la invasión (sería el primero de 10 que se han aprobado).
Los ataques se sucedieron a mediados de marzo, como en Rubizhne, que fue capturada por los invasores. Se registraron incidentes cerca de Chernóbil el 22 de marzo y tres días después, el 25 se anunció que las fuerzas ucranianas llevaban a cabo contraataques en los accesos a Kiev, recuperando posiciones. Rusia siguió bombardeando numerosos puntos y comenzó a acercarse a Bucha o Irpin. El 28 de marzo, las fuerzas rusas empezaron a reagruparse para avanzar hacia el Donbás. Los negociadores de ambos países celebraron otra reunión el 29 de marzo en Estambul (Turquía) y tampoco alcanzaron un acuerdo. Los bombardeos y combates, a pesar de esta reunión, en ningún momento cesaron. Ya a principios de abril comenzaron a verse los efectos devastadores de la contienda.
En Bucha, el día 3 de abril, se encontraron numerosos cadáveres y se calificó de "masacre". Volodímir Zelenski acusó a Rusia de genocidio y dijo que las sanciones de Occidente no eran "suficientes". La población rusa que iba en contra de las directrices del Kremlin comenzó a abandonar el país desde hacía semanas. El 7 de abril se reportaron ataques en numerosas instalaciones de Mykolaiv y Járkov, así como en las zonas ucranianas del Donbás. La Asamblea General de las Naciones Unidas expulsó a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Rusia había sufrido ya bajas significativas y calificó los hechos de "tragedia".
Fase 2: frente sureste (8 de abril - 11 de septiembre)
En la fase 2, el área de intensos combates se desplazó hacia el sur y el este de Ucrania. El intervalo que se analiza es desde ese momento hasta el 11 de septiembre de 2022, justo antes de que las contraofensivas ucranianas se afianzaran en el sur y el este.
A principios de abril, Volodímir Zelenski pidió que se pusiera fin a los "crímenes de guerra" rusos y advirtió de que el número de víctimas civiles podía ser mucho mayor al que se esperaba en las ciudades que habían sido liberadas del control ruso, como ocurrió en Bucha. El dirigente ucraniano dijo que se habían cometido asesinatos por "placer". Se determinó que se pudieron cometer agresiones sexuales incluso a menores. A pesar de que Moscú estaba cambiando su enfoque militar hacia el este del país, desde la OTAN apuntaron el 6 de abril que la guerra podría durar años ya que Rusia todavía quiere "toda Ucrania"
El batallón Azov se defendía en Mariúpol y acusaba a Rusia de usar armas de origen desconocido. El buque ruso Moskva se hundió en el Mar Negro supuestamente después de una acción militar ucraniana. Las tropas de Volodímir Zelenski comenzaron a recuperar partes de Jarkov, mientras que Rusia comenzó a hablar del número de bajas, que en ese momento eran ya unos 23.600 soldados. Serguéi Lavrov también comunicó que la invasión se encontraba en "otra fase".
Las tropas ucranianas habían resistido los primeros meses y habían logrado defender con éxito la capital. Los civiles sufrieron la peor parte, incluso los pacientes de hospitales tenían que salir a la carrera. La población que seguía en el país se refugiaba como podía en los búnkeres, con apenas comida y recursos básicos. El servicio de agua se vio interrumpido en muchos sitios por los bombardeos y los establecimientos estaban destruidos.
La agonía se apoderaba de los ciudadanos, pero estaban orgullosos de cómo todos ellos seguían apostando por defender a Ucrania. Las milicias de Moscú atacaron puntos de Odesa y comenzó la preocupación por la planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol. Las tropas rusas no querían un corredor humanitario. Volodímir Zelenski comenzó a recibir visitas en Kiev, como altos cargos de EEUU, entre ellos Antony Blinken. El 26 de abril también se desplazó hasta allí el secretario general de la ONU, António Guterres.
Ya en mayo, se registraron numerosos intercambios por parte de los dos bandos. Rusia comenzó a atacar puntos estratégicos del país, como el aeródromo de Kanatovo. En Sumy también aumentaban las bajas locales. Rusia aseguró el 7 de mayo haber destruido un gran arsenal de equipo militar de EEUU y países europeos cerca de Járkov. Las tropas del Kremlin lanzaron una bomba en una escuela de Bilohorivka. Las fuerzas ucranianas tuvieron que retirarse de Popasna y se intensificaron los bombardeos que dañaron cementerios, centros comerciales, hoteles y edificios residenciales, entre otros. Los soldados de Volodímir Zelenski repelieron un intento ruso de cruzar el río Siverskyi Donets y causó numerosas bajas en el bando rival.
Los ministros de Defensa de EEUU y Rusia mantuvieron conversaciones telefónicas por primera vez en la invasión el 14 de mayo. Un día después, Ucrania lanzó un contraataque contra Rusia en Izium. Volodímir Zelenski dijo que "las fuerzas rusas están en un callejón sin salida". Los invasores dejaron ciudades totalmente arrasadas. Imágenes de completa destrucción que dejaban constancia de que la realidad supera a la ficción. Los invasores lanzaron ofensivas contra Sievierodonetsk y Lysychansk. Kiev apuntó entonces, a finales de mayo, que cada día morían entre 50 y 100 soldados ucranianos.
La Duma rusa aprobó una ley para el reclutamiento de soldados mayores y recurrió a militares encarcelados, así como a otras unidades. La situación en el Donbás para el bando ucraniano era verdaderamente difícil a finales de mes. Pero en Jersón sí tuvieron buenas noticias, con una contraofensiva limitada para recuperar la región desde el norte. En junio, EEUU comenzó a enviar cohetes y artillería. Rusia dijo que esto era "echar leña al fuego". Las fuerzas ucranianas trataban de recuperar otros puntos.
Ucrania dijo que un misil ruso voló "críticamente bajo" sobre una gran planta de energía nuclear el 4 de junio. Las acusaciones de ataques seguían vigentes. Dos días después, el 6 de junio se comunicó que la flota rusa del Mar Negro también retrocedía. Las autoridades europeas denunciaron ataques con drones y crímenes atroces en múltiples localidades. El 26 de junio, Rusia lanzó 14 misiles contra Kiev, algunos desviados, pero otros impactando en edificios residenciales y jardínes de infancia. Las víctimas mortales seguían aumentando. Un día después, los invasores lanzaron un nuevo ataque, esta vez contra un centro comercial en Kremenchuk con más de 1.000 personas adentro. Murieron alrededor de 20. El 29 de junio, la Isla de las Serpientes quedó libre.
Además, en estos días se produjo una reunión del G7, en la que trascendió la mofa de Boris Johnson y Justin Trudeau sobre Vladimir Putin por una imagen en la que aparecía sin camiseta y a caballo. El Kremlin les contestó burlándose de ambos. En julio siguieron los ataques en Ucrania y EEUU anunció un nuevo paquete de ayuda, tanto de armas, municiones, como radares de artillería rival. Los hospitales se llenaban y se podían ver localidades fantasma. La UE se preparaba para analizar los crímenes y presentarlos ante la Corte Internacional. Las tropas ucranianas, gracias a las armas occidentales, comenzaron a recuperar terreno y ganar posiciones.
Ucrania comenzó a implementar los estándares de la OTAN el 12 de julio. Dos días después, Rusia inició una "movilización de voluntarios", lo que aumentó las protestas por todo el país. El Grupo Wagner también comenzó a reclutar prisioneros. El 22 de julio, Rusia y Ucrania firmaron un acuerdo negociado por la ONU y Turquía para liberar las exportaciones de granos bloqueadas por Rusia en los puertos ucranianos del Mar Negro. Pero los combates seguían, así como los bombardeos. Las tropas del Kremlin se hicieron con centrales eléctricas y se acercaron a Bajmut. Las milicias se centraban en el este.
El 3 de agosto se informó de que la planta nuclear de Zaporiyia estaba "completamente fuera de control". Occidente seguía aportando armas y en agosto ni mucho menos se calmó lo más mínimo el conflicto. Volodímir Zelenski dijo el 10 de agosto que Crimea debía ser liberada. Se llevaron a cabo reuniones y Vladímir Putin anunció el aumento de efectivos a finales del mes de agosto. Ucrania lanzó una contraofensiva en la zona sur. Ya en septiembre, inspectores de la OIEA llegaron al territorio para analizar la planta nuclear de Zaporiyia. Se empezó a hablar del gaseoducto Nord Stream 1 y 2 desde septiembre, hasta que se registraron los incidentes. El 11 de septiembre, las fuerzas chechenas reconocieron que se habían cometido "errores" en la estrategia.
Fase 3: contraofensivas ucranianas (12 de septiembre - 9 de noviembre)
Las fuerzas ucranianas recuperaron un terreno sustancial durante las contraofensivas en el sur y el este. El intervalo que se resume en la fase 3 abarca desde ese momento hasta el 9 de noviembre de 2022, cuando las tropas de Volodímir Zelenski recuperaron Jersón. A partir de octubre, Rusia inició una campaña de ataques masivos contra la infraestructura ucraniana.
El 12 de septiembre, Volodímir Zelenski comunica que sus tropas han recuperado miles de kilómetros de terreno. Mientras tanto, tanto en el sur como en el este siguen recrudeciéndose los combates. Kiev, en este momento, vive una calma tensa lejos del conflicto directo. Según algunos infomes, hasta 35 diputados municipales rusos firmaron una petición pidiendo su renuncia. A mediados de septiembre se reportaron ataques con cohetes en ciudades como Nikopolo o Chuguev, resultando varios civiles muertos y numerosos heridos.
También hubo ataques en centros escolares y estructuras energéticas. Las fuerzas locales avanzaban en Lysychansk. Los funcionarios designados por Rusia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk anunciaron referéndums para aprobar su anexión en medio de las críticas de la comunidad internacional. El 21 de septiembre, en un discurso pregrabado, Vladímir Putin anunció oficialmente que la movilización parcial comenzaría de inmediato.
El enfoque eran reservistas con experiencia militar, pero finalmente acudieron numerosos jóvenes, como muchas familias temían. Se anunció a unos 300.000 reservistas, pero el número pudo ser mayor. Según los informes, Viktor Medvedchuk, amigo íntimo del líder del Kremlin, encarcelado por Kiev, fue liberado como parte un intercambio de prisioneros. Este acuerdo incluyó la liberación también de soldados de la acería Azovstal de Mariúpol. Era 21 de septiembre.
Las regiones ocupadas por Rusia celebraron referéndums para su anexión, pero eran calificadas de auténticas farsas por parte de EEUU o Alemania. En Izium se procedió a la exhumación de un entierro masivo. Las huellas de la guerra eran cada vez más grandes. Se volvieron a anunciar más sanciones para Rusia, así como para oligarcas o empresarios. El 28 de septiembre, el secretario general de la OTAN , Jens Stoltenberg, atribuyó las fugas del oleoducto Nord Stream a actos de sabotaje.
La policía ucraniana, mientras, registró hasta 582 crímenes de guerra solo en Járkov. Los soldados de Volodímir Zelenski avanzaban en el frente e izaron la bandera ucraniana a la entrada de la ciudad de Lyman, en Donetsk, que quedó liberada. El 2 de octubre, una ofensiva blindada ucraniana irrupió en las líneas rusas y capturó numerosos puntos. Se trata del mayor avance local en el sur desde que comenzó la guerra.
El 6 de octubre, "funcionarios de inteligencia estadounidenses " no identificados creen que el atentado con coche bomba contra Darya Dugina pudo haber sido autorizado "por elementos dentro del gobierno ucraniano". Las tropas del Kremlin, mientras, lanzaron misiles contra edificios residenciales de ciudades como Zaporiyia. Se encontraron fosas comunes en diversas zonas. Imágenes terribles que quedan grabadas en la historia oscura de los conflictos bélicos. Los ataques de drones aumentaban y Kiev sufrió una ofensiva el 10 de octubre. La Asamblea General de Naciones Unidas rechazó las áreas anexionadas por Rusia tras los referéndums.
La capital ucraniana volvió a registrar explosiones el 17 de octubre, al igual que en Sumy, donde murieron decenas de personas aquel día. Un cazabombardero ruso Sukhoi Su-34 se estrelló contra un edificio residencial en la ciudad rusa de Yeysk , provocando el incendio de varios apartamentos. El 22 de octubre se informaron cortes de energía en Ucrania cuando los ataques aéreos rusos en todo el país golpearon infraestructura crítica e instalaciones de energía. Los inspectores nucleares de la ONU desestimaron el uso de un dispositivo de dispersión radiológica en el país. En noviembre, el día 3, aumentó la preocupación por la planta nuclear de Zaporiyia, que funcionaba con generadores de respaldo debido a los bombardeos rusos. Poco después, el 9 de noviembre, las fuerzas ucranianas entraron en Mykolaiv y las fuerzas rusas anunciaron su retirada de la ciudad de Jersón hacia la orilla este del río Dnieper.
Fase 4: punto muerto y recrudecimiento de combates (10 de noviembre - presente)
Las contraofensivas ucranianas cesaron tras su éxito y hubo un punto muerto. El intervalo que se resume es desde este momento hasta el que Rusia logra algunos avances, comenzando con la captura de Soledar el 16 de enero de este año.
EEUU anunció el 10 de noviembre un aumento de material militar para Kiev. Cuatro días después, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que responsabilizaba a Rusia de todos los daños causados a Ucrania por la invasión y exigió reparos. Poco después, Rusia lanzó entre 85 y 100 misiles a varias ciudades ucranianas. Los ataques se centraron cerca de la frontera con Polonia, en la zona de Leópolis. Uno de los proyectiles cruzó la frontera e impactó en la localidad de Przewodów, matando a dos civiles.
El Parlamento Europeo declaró a Rusia un "patrocinador estatal del terrorismo" por atacar sistemáticamente a civiles. La OTAN mostró entonces su compromiso de apoyar a Ucrania el tiempo que fuera necesario y advirtió de las intenciones de Moscú. Ya en diciembre, se informaron de explosiones en bases aéreas rusas y uso de drones iraníes por parte del Kremlin. Vladímir Putin admitió que la "operación militar especial" estaba tardando más de lo esperado, pero habló de la expansión del Imperio Ruso y de las fuerzas nucleares.
Ucrania seguía desviando ataques y drones. Rusia dijo que no habría alto un fuego en Navidades hasta que Ucrania aceptara una derrota. Así, lanzó alrededor de 75 misiles sobre Kiev, Járkov y otras ciudades como Kremenchuk. La mayoría de los misiles fueron contra estructuras energéticas. La situación para los rusos era "muy difícil" en el Donbás el 20 de diciembre, según Vladímir Putin. El Grupo Wagner comenzó a reclutar más soldados y el 24 de diciembre, en Nochebuena, Jersón sufrió duros ataques contra civiles.
Los expertos aseguran que el Kremlin es un experto en congelar conflictos. Por ello, desde Moscú afirmaban que Ucrania debía aceptar sus "demandas de paz", ya que decían que se negaban a negociar. Los ataques aumentaron a principios de enero de 2023 y se realizó un importante intercambio de prisioneros (el número 36). Rusia lanzó más misiles y alcanzó un edificio de civiles en Dnipro, matando al menos a 46 personas.
Los soldados ucranianos empezaron a ser entrenados por países como EEUU en el manejo de armas, así como en Polonia. El 23 de enero, este país anunció el envió de varios tanques Leopard a Kiev, a lo que se sumó Francia con tanques Leclerc. Poco después se unirían Alemania y España, además de EEUU con los M1 Abrams. A principios de febrero se realizó otro intercambio de prisioneros, según algunos informes.
El bando ruso, poco después, sufrió duras pérdidas: datos ucranianos indicaban que sufrieron las pérdidas más altas desde la primera semana de la guerra, con 824 soldados muertos por día en febrero. Varios estados siguen alertando sobre las "detenciones injustas" en Rusia. Mientras, en Ucrania, el 20 de febrero el presidente estadounidense, Joe Biden, visitó Kiev, donde prometió más apoyo militar y financiero.
Ucrania ha asegurado este jueves que sus fuerzas han repelido ataques rusos a lo largo de la línea del frente. El Kremlin planea desplegar nuevos misiles balísticos intercontinentales de múltiples ojivas Sarmat este año. A principios de esta semana, Vladímir Putin suspendió la participación de Rusia en el tratado de control de armas nucleares START.
Ucrania y sus aliados occidentales han restado importancia a la conversación nuclear como una distracción de una fallida campaña militar rusa sobre el terreno. Los combates se centran principalmente en el sur y este del país. "Si renunciamos a Bajmut, todo se complicará. No podemos renunciar, bajo ningún concepto. Aguantaremos", destacan altos cargos ucranianos, según medios internacionales.
La Embajada de EEUU en Ucrania ha emitido una alerta a los estadounidenses en el país sobre "una amenaza creciente y continua de ataques con misiles" en Ucrania, incluida la región de Kiev y la capital homónima. Funcionarios occidentales afirman que Rusia había planeado una ofensiva para capturar nuevos territorios. Moscú estaba tratando de usar su ventaja en el número de tropas para agotar las fuerzas de Volodímir Zelenski.
Hay un grandes diferencias respecto al número de bajas entre los informes de Rusia y Ucrania. Las agencias de inteligencia occidentales han estimado recientemente que unos 200.000 soldados rusos han resultado muertos o heridos desde que comenzó la guerra. Se cree que el número de víctimas ucranianas es menor, pero sigue siendo más de 100.000 soldados muertos o heridos. La cifra oficial de muertes de civiles ucranianos sería de alrededor de 8.000, aunque otros informes apuntan a una cifra mucho mayor. En Rusia, las pérdidas han llevado a la movilización de soldados y al despliegue de exprisioneros, liberados con el propósito de ser enviados al campo de batalla.
Unos 17 millones de ucranianos han huido de sus hogares, ya sea a otros países o a otras partes de su propio país. Muchos han vuelto, pero la mayoría de refugiados se encuentran en Polonia. Mientras tanto, una gran cantidad de rusos han abandonado su país, entre 500.000 y un milllón.
Las economías de Rusia y Ucrania han sufrido de diferentes maneras. El PIB de Ucrania cayó un 30% en 2022, mientras que las pérdidas de Rusia fueron solo del 2,1%, una cifra sorprendentemente baja, algo que Moscú agradece a China, India y otros socios comerciales, así como a lo que obtuvo con los precios energéticos durante la pandemia. Se espera que la economía rusa crezca ligeramente en 2023. La buena noticia para Ucrania en esta área es que, junto con la ayuda militar, también ha habido esfuerzos sólidos del Fondo Monetario Internacional y varias naciones occidentales para brindar ayuda.