Una familia siria, integrada por un matrimonio y sus cinco hijos, –todos menores de entre trece y cuatro años–, ha muerto en un terrible incendio registrado en la vivienda a la que se habían desplazado tras sobrevivir al terremoto de Turquía, donde fueron rescatados.
El devastador seísmo había destruido completamente la que era su casa en la localidad turca de Nurdagi, una de las más castigadas por la catástrofe, pero habían conseguido salvarse.
En un escenario desolador y rodeado de escombros, la familia consiguió trasladarse a la casa de un familiar en Konya, donde esperaban encontrar un nuevo hogar desde el que comenzar de nuevo después de que, en cuestión de segundos, todo quedase reducido a las ruinas en la región donde vivían.
En medio del dolor y con la esperanza puesta en su nueva vivienda familiar en Konya, ciudad turca de la región de Anatolia Central, todo ha acabado abruptamente en un horrible y estremecedor suceso, con los siete miembros de la familia muertos en un incendio.
Según información del diario turco ‘Hurriyet’ recogida por Europa Press, su nueva residencia, construida en adobe, registró un incendio durante la madrugada de este viernes, provocando que el tejado se derrumbase. Como consecuencia, el matrimonio y sus cinco hijos, que habían logrado salvarse apenas días atrás de los derrumbes del terremoto y toda su destrucción, murieron en el lugar.
Mientras tanto, la esperanza frente al dolor y la tristeza la siguen poniendo los milagros que, por otra parte, continúan sucediéndose en las áreas afectadas por el seísmo. Tal es el caso de Osman Halebiye, el niño que ha resistido 260 horas bajo los escombros en el distrito turco de Ekinci, o de Aleyna Olmez, joven de 17 que sobrevivió a 250 horas sepultada bajo las ruinas de un edificio de apartamentos en el distrito de Kayabasi, también en Turquía.
Pese a que las probabilidades de encontrar a más desaparecidos con vida son ínfimas, los equipos de rescate continúan trabajando sobre un complejísimo terreno para encontrar las que pueden ser las últimas señales de vida.
Más de 50.500 edificios se derrumbaron o necesitan una “demolición urgente” tras el seísmo, que ya ha provocado más de 40.000 muertes, contando los fallecidos en Turquía y Siria.
Sobre el terreno, los temblores todavía no han terminado. Ya se han detectado más de 4.700 réplicas y, según la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, recientemente se ha registrado de hecho un terremoto de magnitud 5,1 en la escala Richter en Hatay, a una distancia de seis kilómetros de Arsuz y con una profundidad de 9,26 kilómetros.
En este contexto, la pesadilla continúa para toda la población, temerosa de que la tragedia siga extendiéndose al tiempo en que lo hace la cifra de víctimas.