Gabe Segal, un profesor de una escuela secundaria de Virginia (EEUU), tiene un “objetivo”: pagar la deuda por la comida de los estudiantes de su colegio para que ni ellos ni sus familias tengan que preocuparse porque los jóvenes pasen hambre, una realidad que afecta a 800 millones de personas en el mundo. La cifra casi alcanza los 7500 dólares (en euros, 7023).
“Es mi objetivo número uno”, declara a The Washington Post. Explica que la deuda, que ahora está cerca de los 7500 dólares aumentará antes de acabar el curso y planea pagarla entera porque considera que las familias no tendrían que preocuparse de cómo poder permitirse que sus hijos coman en la escuela.
El profesor, de 29 años, está especialmente preocupado por aquellos estudiantes que no se benefician de un almuerzo gratuito porque consta que sus padres ganan lo suficiente o porque no han hecho los trámites correctamente para que este no les cueste.
Cada día, Segal dice que ve cómo los alumnos están cansados por no comer lo suficiente y esto les afecta académicamente y en su comportamiento.
El profesor ya ha liquidado la deuda de otra de las escuelas en la que trabajó, la Escuela Primaria Sleepy Hollow en Falls Church, pero ahora en Herndon Middle School la deuda es demasiado cuantiosa como para asumirla él mismo, por lo que ha iniciado una recaudación de fondos con la que, según el mismo medio, ya ha recaudado unos 5000 dólares.