Un niño de un año sobrevive cinco semanas con una pila en el esófago en EEUU: aún no puede comer sólidos

  • Luke McMillan, un niño de 19 meses de Arizona (EEUU), ha sobrevivido con una pila atascada en el esófago cinco semanas

  • El pequeño ha sido operado en varias ocasiones, pero aún tendrá que pasar por quirófano por los daños en su esófago

  • El niño aún no puede comer sólidos y sus padres se van a desplazar a Utah en busca de un procedimiento alternativo

Luke McMillan, un niño de 19 meses de Arizona (EEUU), tiene dificultades para comer alimentos sólidos. Días después de cumplir un año, el pequeño se tragó una pila de botón y no se dieron cuenta hasta cinco semanas después. El pequeño ha sobrevivido a ello tras varias operaciones, pero aún tiene problemas de salud como consecuencia de ello. Sus padres advierten a otros para que no sufran lo mismo que está atravesando el pequeño y por lo que han pasado también otros al tragar este tipo de objetos.

Los primeros síntomas comenzaron días después de su cumpleaños, en junio. “Se ahogaba cuando tragaba comida, la escupía”, explica Erica McMillan, la madre del niño. Tenía fiebre y le llevaron al hospital, donde le dijeron que podía tratarse de una infección de oído y le recetaron antibióticos.

Luke McMillan tuvo cinco semanas la pila en el esófago

Después de cinco semanas enfermo, los médicos le hicieron radiografías y estas mostraban un objeto circular en el esófago, así que el niño fue trasladado de urgencia al hospital. Allí, le operaron y advirtieron a los padres: el niño podría morir en quirófano, según publica ktvz.com.

Las pilas pueden causar quemaduras eléctricas en solo dos horas, según señala al mismo medio el pediatra Gary Kirkilas. Además, añade, los niños tienen un mayor riesgo de síntomas graves al tragarse una pila porque su esófago es más pequeño y, por tanto, tienen más probabilidad de que esta quede atascada y se asfixien.

Contra todo pronóstico, Luke McMillan sobrevivió a esta cirugía. La pila estaba envuelta con cinta adhesiva por un lado y plástico por el otro, por lo que, probablemente, redujo el contacto con el tejido.

Además de esta operación, el niño se ha sometido a otras, pero sigue sin poder comer por los daños que le ha ocasionado el esófago. Ahora, sus padres se van a desplazar a un hospital de Utah, donde podrían reparar su esófago, según señala su abuela en una página de recaudación de fondos. Explica que la familia debe costear todos los gastos médicos porque el seguro no lo cubre y, por ello, pide ayuda.

Los padres de los niños, por su parte, advierten a otros porque dicen que la pila que tragó Luke procedía de un juguete. “Tengan en cuenta el tipo de juguetes que tienen en casa y qué tipos de baterías tienen esos juguetes”, alertan.