Sumándose a la incesante labor de los efectivos de emergencia desplegados en la zona afectada por el terremoto de Turquía y Siria, el Ejército español también trabaja sin pausa para repartir las 80 toneladas de ayuda que ha enviado España. Junto a ellos, el contingente que se desplazó para colaborar frente a la catástrofe sigue buscando supervivientes una semana después del seísmo. Este fin de semana, bomberos de Madrid lograban rescatar a una mujer que llevaba seis días sepultada.
Sobre el terreno, la devastación provocada por el seísmo deja un terreno tan desolador como complejo para los efectivos desplegados en la zona. Muchos de ellos han llegado también desde múltiples rincones del mundo como parte de los esfuerzos de la comunidad internacional por brindar ayuda humanitaria.
En este contexto, tres equipos del Ejército de Tierra, Infantería Marina y la Armada española han unido sus fuerzas para continuar trabajando en la distribución de esa ayuda, descargando en cadena los paquetes con material sanitario para asistir a los heridos.
En ellos llevan medicamentos, kits humanitarios y materiales de emergencia. Además, hoy comienza a funcionar el hospital de campaña START, el cual ha montado al Unidad Militar de Emergencias (ÛME) con 82 profesionales para atender a los heridos.
En total, ya son casi 40.000 los fallecidos por el terremoto; 30.000 en Turquía y más de 9.300 en Siria, según los últimos informes.
Tras una semana desde que se desatase el seísmo, al que siguieron más de un centenar de réplicas que atemorizaron todavía más a los ciudadanos, los equipos de rescate son conscientes de que las probabilidades de seguir hallando desaparecidos con vida son muy escasas. Por eso, cada vez que logran salvar a alguien que aún ha resistido bajo los escombros se celebra como un auténtico. Un ejemplo es el de Sibel Kaya, una mujer de 40 años que recientemente ha sido rescatada con vida tras 170 horas sepultada.
La fuerza del terremoto provocó el derrumbe de más de 6.000 edificios, que quedaron completamente destruidos; una situación que multiplicó las muertes provocadas por esta tragedia y que ha dejado las regiones afectadas entre montañas de escombros, cascotes y amasijos de hierros.
Según las autoridades, muchos de los edificios que se vinieron abajo presentaban además defectos en su construcción. Por eso, tras abrirse la investigación pertinente, ya se han producido las primeras detenciones.