Las autoridades de Israel han decretado este sábado el estado de máxima alerta tras el ataque a tiros que dejó siete muertos en Jerusalén, informó la Policía, que mató al agresor, identificado como Jaire Alkam, y arrestó al menos a 42 personas por este crimen, algunos de ellos de la familia del terrorista, parientes y allegados, tras un patrullaje por los alrededores del domicilio del atacante.
"El superintendente jefe Yaakov Shabtai ordenó aumentar la alerta al más alto nivel. Desde esta mañana, los oficiales trabajan turnos de 12 horas", indicó en un comunicado la Policía, que solicitó a la población que "informe de cualquier persona u objeto sospechoso".
Alkam, un joven palestino de 21 años, sin antecedentes por delitos de terrorismo, abrió fuego desde su vehículo este viernes por la noche contra los fieles que se dirigían a rezar a una sinagoga en Neve Yaakov, un barrio de colonos judíos. Además de los fallecidos, dejó al menos una decena de heridos, algunos de ellos en estado grave.
El ataque a la sinagoga ocurrió al término de un día de enorme tensión en Cisjordania por la muerte de nueve palestinos durante una operación israelí. Un portavoz del movimiento islamista Hamás ha descrito el tiroteo de Neve Yaakov como "un heroico acto de venganza por la masacre" de Cisjordania, según recoge el diario local 'Yedioth Aharonoth'.
El primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Seguridad Nacional, el colono extremista y antiárabe Itamar Ben Gvir, acudieron al lugar de los hechos pero sin hacer declaraciones a los medios de comunicación. En los alrededores, varios judíos observaban el desarrollo de las primeras investigaciones mientras un grupo de palestinos celebraban.
Las autoridades se refieren al atacante como "terrorista", un término que en Israel suele utilizarse para cualquier agresión cometida por palestinos por motivos nacionalistas.
Se trata del atentado más mortífero desde 2011, cuando un grupo armado cruzó a Israel desde la península egipcia del Sinaí y mató a ocho israelíes.