En China, las protestas de los últimos días han forzado al Gobierno a rebajar sus medidas contra el covid. El Ejecutivo va a suavizar los confinamientos y a apostar por más test. Esta rebaja de las medidas llega tras tres años de mano férrea, con traslados de personas a campamentos de aislamiento y abusos policiales como los ocurridos en las últimas semanas.
A bofetadas, así actúa la policía de Wuhan con uno de los hombres que se habían manifestado contra las severas medidas. Se había quejado en las redes sociales porque estaban sellando sus apartamentos. Sin importarles que los hijos del ciudadano estén delante de ellos, los agentes agreden al manifestante sin ningún tipo de pudor.
Este no ha sido el único caso en el que se ha podido ver al gobierno chino reprimiendo sin miramientos las actitudes de sus ciudadanos. En Cantón, miles de personas son obligadas a ir a estos desangelados campos de aislamiento. Mientras se contiene con dureza las manifestaciones, se levantan parcialmente las restricciones en algunas zonas.
El presidente ha prometido más vacunas y reducirá las pruebas en masa. China admite que los cierres han afectado a la economía y a la salud mental de la gente. Habrá que ver si las nuevas políticas reducen el hartazgo de sus ciudadanos.
Por otro lado, el secretario del Comité Político y Jurídico Central del Partido Comunista Chino, Chen Wenqing, ha pedido tomar "medidas enérgicas" contra los manifestantes que han salido a las calles en los últimos días para protestar por la estricta política 'covid Zero'.
"Debemos tomar medidas enérgicas contra las actividades de infiltración y sabotaje por parte de fuerzas hostiles de acuerdo con la ley", ha dicho el también miembro del Politburó chino, según ha recogido la agencia de noticias china Xinhua.
Wenqing ha exigido que se tomen "medidas contra los actos ilegales y criminales que perturban el orden social y mantener de manera efectiva la estabilidad social general", en referencia a las protestas que han estallado en el país en los últimos días.
El Comité Político y Jurídico Central se encarga de organizar, dentro de la línea del Comité Central del Partido Comunista, a las distintas fuerzas de seguridad del Estado, incluyendo la Policía. El comité está encabezado por un secretario que suele también ser miembro del Politburó.