Escenas de tensión, pánico y nerviosismo descontrolado en un establecimiento comercial en China, donde nuevamente se han producido imágenes que dan cuenta del estricto protocolo que aplica al país y su tolerancia cero ante la detección de casos de coronavirus.
Desde que arrancase la pandemia en Wuhan y se fuesen recrudeciendo las restricciones, la política de contención frente al SARS-CoV-2 es clara, y la última muestra ha sucedido exactamente en el corazón de Shanghái. Concretamente, todo se produjo cuando en un Ikea de la ciudad se detectó un solo caso de covid, algo que propició que las autoridades decretasen inmediatamente el cierre completo del establecimiento y el confinamiento del mismo. De este modo, los nervios, los empujones, los gritos, la tensión y la crispación se apoderaron del lugar, con multitud de clientes, y también empleados, apresurándose para huir, algunos de ellos en estampida.
Como se aprecia en algunas de las imágenes grabadas in situ y compartidas después en las redes sociales, algunos de los presentes llegaron incluso a confrontar con las autoridades. Una de las escenas que mejor recrean el momento, de hecho, es aquella en la que un grupo de personas forcejea al otro lado de una puerta que pretendía ser sellada para que ningún cliente saliese del lugar. Los encargados del cierre procuraron por todos los medios evitar su huida, pero la muchedumbre hizo valer su fuerza y rompieron el cordón que pretendían establecer.
Visto ahora en vídeo, la escena podría parecer de película, pero no es la primera vez que se suceden episodios similares en China. Ya hace un asemana varios turistas fueron aislados en la isla turística de Hainan, mientras en la propia Shanghái los severos confinamientos desembocaron en protestas y una gran crispación social tras someterla, a principios de año, a dos meses de estricto confinamiento.
En este contexto, lo sucedido vuelve a avivar el malestar y la crispación que mana de las calles en China, con multitud de ciudadanos disconformes con la política y la estrategia del país para atajar al coronavirus, que consideran excesiva por limitar sus derechos y su libertad.