Las protestas para denunciar la falta de libertades en Qatar se suceden. Las limitaciones que impone el país también afectan a los aficionados que asisten al Mundial de Fútbol de Qatar.
Algunos países han elaborado guías para que sus ciudadanos no se salten las estrictas normas que han de cumplirse en Qatar, un país que no respeta algo tan fundamental como los derechos humanos.
Cuáles son las limitaciones que deben cumplir los aficionados del Mundial de Qatar
En Qatar habitualmente no se puede consumir alcohol en espacios públicos, ni dar muestras de afecto o no cumplir con sus estrictas normas de vestimenta.
Sin embargo, en las últimas horas el Emirato Árabe muestra imágenes hasta ahora impensables en el país, como el consumo de alcohol en la fan zone, que fue estrenada por el presidente de la FIFA el sábado por la noche. No obstante, la cerveza cuesta 13 dólares.
El control de esta monarquía anacrónica pasa también por vigilar de cerca a los medios de comunicación que cubren el Mudial del Fútbol. Como la irrupción de una conexión en directo de una televisión danesa porque, dicen, que pensaron que no estaban acreditados. El Emirato ha tenido que pedir perdón.
Qatar trata de mostrar ahora al mundo otra imagen distinta a la de una monarquía absoluta donde rige la ley islámica, con leyes más que polémicas, como las que castigan con cárcel las relaciones entre personas del mismo sexo y las extramatrimoniales.
Aun así el Gobierno catarí se afana en recordar que los visitantes de estos días con motivo del Mundial de Futbol no tendrán consecuencias legales siempre y cuando, dicen, respeten, sin muestras de afecto, los espacios públicos.
Lo mismo sucede con sus códigos de vestimenta, donde no hay imposiciones a hombres y mujeres turistas, mientras, eso sí, añaden, no sean prendas escotadas.
Normas sobre las que advierten algunas embajadas, como la alemana, que recuerda a sus compatriotas que no podrán consumir embutido de cerdo ni contenido porno durante su estancia en el Emirato.
Algunos aficionados germanos aseguran que llevarán a cabo un boicot a medias: pernoctarán en Bahréin, más aperturista, dicen, y viajarán a Catar solo para ver los partidos con la intención de gastar lo justo. Formas de disfrutar del fútbol de siempre en pleno dilema moral.