Giorgia Meloni viaja por primera vez a Bruselas para hablar de la guerra y la crisis energética
La nueva primera ministra italiana inaugura su agenda internacional con un encuentro con los grandes vértices de la UE
Sobre la mesa: la guerra, la economía y la crisis energética
La líder de Hermanos de Italia tendrá que equilibrar su soberanismo con unas buenas relaciones con la Unión Europea
La nueva primera ministra de Italia pone en marcha la ajetreada agenda internacional que seguirá estos próximos meses con un viaje (casi) de rigor. Giorgia Meloni ha viajado este jueves a Bruselas para encontrarse con los tres grandes mandatarios de la Unión Europea y con Paolo Gentiloni, Comisario para la Economía, en una comida informal. La líder publicaba en sus redes sociales un mensaje muy claro en la mañana previa a los encuentros que resumía sus intenciones: “La voz de Italia en Europa será fuerte, estamos listos para afrontar grandes cuestiones, desde la crisis energética, colaborando para una solución eficaz para familias y empresas y para frenar la especulación”. Meloni ponía sobre la mesa uno de los grandes temas: energía, que junto a la economía y a la guerra, forman el triángulo crucial que tiene que afrontar con una estrategia conjunta con la UE. Pero sabe que la relación con Europa no promete ser fácil durante esta legislatura, la sombra de sus duras críticas a la institución común en el pasado aún resuena y su marcado soberanismo en política interna podría traducirse en enfrentamientos en temas ya muy candentes como el de la inmigración. Las crónicas de las últimas horas, que hablan de casi mil migrantes esperando puerto seguro en las costas italianas, seguramente no ayudan.
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Desde Bruselas no han escondido durante estos meses los temores de que Giorgia Meloni llegase, como luego sucedió, a presidir el Consejo de Ministros en Italia. Su victoria ponía a un partido de extrema derecha al frente de la tercera economía del euro. Mientras tanto la líder trabajaba, desde antes de vencer en las elecciones, en una estrategia que elevase su credibilidad internacional. El tiempo pondrá en contraposición las dos Giorgia Meloni que se han visto hasta el momento: la moderada, atlantista y europeísta y la que mantiene una marca ideológico de cara a su electorado, como ha hecho con la elección de sus ministros. La sensación por ahora en Europa es la de ganar tiempo y una posición cauta prevalece. En su viaje ha podido encontrarse con los tres grandes mandatarios europeos: Roberta Metsola, presidente del Parlamento, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión y Charles Michel al frente del Consejo Europeo. El tema sobre el que no se esperan fisuras es el de la guerra, donde la líder italiana ha prometido lealtad a la coalición atlantista y europeísta y donde no se prevén grandes cambios de posición (a pesar de las confusas posiciones de sus socios de coalición Berlusconi y Salvini).
Los turbulencias llegan en lo económico. Tras este viaje a Bruselas Meloni tiene que enfrentarse a su tercer Consejo de Ministros, este viernes, donde podrían aprobarse las primeras ayudas contra el encarecimiento energético lanzadas por el nuevo Ejecutivo y se perfilará la línea económica de los presupuestos que tienen que cerrarse antes de final de año. En estas primeras conversaciones con los vértices de la UE Meloni ha insistido precisamente en este aspecto "en cuanto a los presupuestos es una carrera contra el tiempo", señaló. Es ahí donde la confrontación con Europa será fundamental en un país, Italia, donde la deuda es ya muy alta y los ajustes presupuestarios tienen que evitar, sobre todo, que aumente descontroladamente. Por otra parte, siendo el país transalpino el mayor beneficiario de los fondos del Recovery Fund, 210 mil millones entre transferencias y préstamos, la gestión de los mismos, que inició Draghi y que ahora Meloni asumirá, es también fundamental. El nuevo Gobierno ha insistido, ya en campaña, que el PNRR (en sus siglas en italiano) tendría que revisarse ante los cambios en el mercado derivados de la inflación. Cambios que, con la falta de concreción, podrían significar muchas cosas y que deberán definirse más pronto que tarde. Los objetivos y plazos para recibir la “lluvia de fondos” europea son muy claros y un incumplimiento, así como una ralentización por el sistema burocrático italiano, especialmente lento, podrían comprometer al país. A su lado en este primer viaje ha estado su Ministro para Asuntos Europeos y también PNRR, Raffaele Fitto, un hombre con experiencia en Bruselas que ha ayudado a perfilar su posición en el grupo de los conservadores.
El otro gran asunto sobre el que proceden las negociaciones, es el de la energía. El techo al precio del gas, negociado y propuesto en primera instancia por Draghi, ahora atraviesa un nuevo episodio en sus tratativas donde se apuesta por un techo “variante” que depende de diversos factores. Se avanza hacia una postura común pero Giorgia Meloni aún tiene que enfrentarse a los grandes reticentes de estas medidas, también en la reciente propuesta de una deuda común para el problema energético, como son Alemania y los países del norte. Tras encontrar los tres vértices, también en este tema, Meloni registra un "buen clima" y dice estar "contenta de cómo ha ido la jornada". El clima que mantiene es dialogante, pero firme en los temas en los que la líder cree que Italia tiene que mantenerse con brazo de hierro, como el ya citado de la inmigración en el que defiende a toda costa "las fronteras". Insiste en justificar lo que considera una equivocada caracterización internacional sobre el Gobierno italiano que "no es marciano" y su disposición para hablar también de las problemáticas más conflictivas.