El presidente de Rusia, Vladímir Putin intervendrá el próximo viernes ante el parlamento del país, según lo previsto. Allí podría anunciar la anexión de los cuatro territorios controlados por sus tropas en Ucrania, al igual que ya hizo con Crimea hace ocho años. Todo mientras sigue en marcha la movilización militar y mientras aumenta la tensión por las fugas en el Nord Stream.
En la Plaza Roja de Moscú ha comenzado a montarse un gran escenario para celebrar la fiesta de la anexión. En él ya se puede leer: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón: juntos para siempre. Y el parlamento ruso ha celebrado el más que dudoso proceso electoral con un sonoro aplauso: aún más unánime que los resultados de los referéndums.
"Referéndums ilegales" para la Unión Europea, que ha presentado un nuevo paquete de sanciones, el octavo, contra Rusia. En Ucrania, el presidente Zelenski asegura que sus tropas seguirán luchando para recuperar los cuatro territorios arrebatados a su país, así como Crimea.
En el frente, las fuerzas de Kiev siguen cercando la estratégica localidad de Limán, en el Donbás. El Ejército ruso espera la llegada de refuerzos para frenar este avance, pero el propio ministro de Defensa, Sergei Shoigu, comprobaba que muchos de los reservistas movilizados en los últimos días necesitan aún un buen adiestramiento para estar en condiciones de combatir.