Antes de que Rusia declare la anexión de esos territorios ucranianos, miles de civiles están huyendo de allí hacia otras provincias bajo el control de Kiev
Sí, sí, sí y nada más que síes. Ni un solo voto en contra de la anexión a Rusia en una mesa electoral de la provincia de Lugansk. Los resultados provisionales que están dando los medios rusos del referéndum ilegal en Ucrania oriental son abrumadores: 98 por ciento a favor de la unión con Moscú.
Recordemos que la votación se hizo en condiciones no solo de guerra sino de intimidación, con las urnas transportadas a domicilio por militares y apuntando en listas a los abstencionistas.
El Kremlin se prepara ya para un proceso de anexión exprés, que podría quedar culminado esta misma semana. Putin lo anunciaría oficialmente ante el Parlamento el viernes. Y desde entonces la guerra entra en una fase completamente nueva, crítica. Los habitantes de estas provincias ucranianas lo saben y están huyendo en masa en los últimos días.
La zona es un caos, cuenta un hombre, a salvo ya en zona controlada por Kiev. Asegura que los rusos les quitan propiedades, los obligan a trabajar para ellos y ahora también a alistarse para combatir contra su propio país.
Entretanto continúa la huida masiva de rusos que temen ser reclutados y enviados a luchar a Ucrania. Unos diez mil cruzan cada día la frontera con Georgia; el doble de los que lo hacían antes de que Putin anunciara la movilización. Ante el descomunal atasco de tráfico, llegan en bicicleta o tras larguísimas caminatas. Algunos acompañados de sus mujeres y sus hijos. Y ya no tienen miedo a confesar abiertamente que se marchan de Rusia porque no quieren ir a la guerra.