El príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, ha querido rendir un homenaje a su madre en un comunicado que ha lanzado. En el mensaje publicado por el príncipe Andrés, recuerda que para él la reina Isabel II era "tres en una: Mamá, madre de la nación y Su Majestad". En su comunicado, el duque de York, de quien se dice que era el favorito de la reina, afirma que echará de menos las "opiniones, el consejo y el humor" de su madre.
"Su Majestad, ha sido un honor y un privilegio servirte. Madre -de la nación-, tu devoción y servicio personal a nuestra nación es única y singular; tu pueblo muestra su amor y respeto de muchas formas diferentes y sé que estás buscando cómo honrar ese respeto", apunta el príncipe Andrés.
En el homenaje que ha compartido, el príncipe ha querido agradecer a la difunta Isabel II todo lo que ha enseñado a lo largo de su vida: "Mami, atesoraré siempre tu amor por un hijo, tu compasión, tu cuidado y tu confianza. Tu conocimiento y sabiduría me han parecido infinitas, sin límites ni contención".
Para el tercero de los cuatro hijos de Isabel II y el duque de Edimburgo, "según se cierra el libro de nuestras experiencias, se abre otro", aunque promete llevarle "siempre cerca de mi corazón". "Me adentraré contento en el futuro contigo como mi guía", añade, antes de acabar con un "Dios salve al rey", su hermano mayor, Carlos III.
Hay que recordar que el propio príncipe Andrés tuvo que abandonar sus actividades públicas como miembro de la realeza tras haberse visto involucrado en el escándalo de abuso sexual de menores. Los escándalos surgidos vinculan al príncipe Andrés en la red de pederastia del magnate estadounidense Jeffrey Epstein, por el que estaba acusado de violar a una mujer cuándo aún era menor.
Finalmente no se sentara en el banquillo. Sin embargo, el duque de York fue despojado de todos sus títulos militares y los patrones reales. Fue su propia madre la que le quitó todos estos privilegios. El pasado enero, la reina le despojó de todos sus puestos militares honorarios, entre ellos el de coronel de las Guardias Granaderas y tuvo que renunciar, además, a su título de Alteza Real.