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Meghan Markle abrazó a un pequeño cuando salió a saludar a los británicos que estaban este fin de semana a las puertas del castillo de Windsor tras la muerte de Isabel II. Según los expertos en protocolo ese gesto rompió el luto real.
El Príncipe Harry y Meghan Markle y los ya príncipes de Gales salieron a saludar a las personas que se había concentrado a las puertas del castillo de Windsor para mostrar sus respetos por la reina Isabel II. Este hecho pretendía mostrarse ante los británicos como un gesto de unión y acercamiento de los dos hermanos, muy distanciados en los últimos años.
Sin embargo, Meghan Markle hizo un gesto contrario al protocolo más exigente del luto real. La mujer del Príncipe Harry accedió a la petición de un pequeño que le pidió un abrazo, algo que no debe hacer un miembro de la familia real durante el luto.
Un gesto que pretendía mostrar cercanía y unidad se puede ahora volver en contra de Meghan Markle. Ella y el Príncipe Harry estaban muy distanciados desde que se fueron a vivir a Estados Unidos y sobre todo desde que acusaron a la familia real de racistas en una entrevista.
Los hijos del rey Carlos y sus esposas salieron a saludar a las personas que se concentraban a las puertas de Windsor tras la muerte de su abuela, la reina Isabel II, como habían hecho el día anterior en el Palacio de Buckingham los nuevos reyes de Inglaterra.
El féretro de la reina Isabel sigue en Escocia. Esta tarde será trasladado a Londres en avión para que los británicos puedan despedirse de ella durante cuatro días en la capital.
En Escocia cientos de personas están haciendo cola, día y noche, para mostrar sus respetos por la difunta en la catedral de St Giles.
El luto por la reina Isabel II concluirá el próximo lunes, cuando se oficiará el funeral en Londres.